¿Puede una dieta contrarrestar el efecto negativo de la sal?

Una dieta saludable parece no compensar los efectos de un alto consumo de sal sobre la presión arterial, sugiere un estudio que se publica en “Hypertension” que ha analizado las dietas de más de 4.000 personas. Los resultados muestran que las personas que consumen mayores cantidades de sal tienen una presión arterial más alta, sin importar lo saludable que sea la dieta general de una persona.

Los investigadores revisaron los datos de ingesta de sodio (sal) y la de 80 nutrientes, como proteínas, grasas, vitaminas, minerales y aminoácidos, que pueden estar relacionados con la presión arterial en 4.680 mujeres y hombres (edades 40-59) en Japón, China, el Reino Unido y EE.UU. que participan en el estudio INTERMAP. Los datos incluyeron niveles de sodio y potasio en orina. Los investigadores concluyeron que otros nutrientes de la dieta pueden no reducir los efectos perjudiciales del sodio. El sodio es el principal componente de la sal, mientras que el potasio, que se encuentra en las verduras de hoja verde, se ha relacionado con una presión arterial más baja, según abc.es.

Los investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) y la Northwestern University (EE.UU.) aconsejan a las personas a controlar su consumo de sal y recomiendan asimismo a los fabricantes de alimentos que reduzcan el contenido de sal en sus productos.

Es bien sabido que abusar de la sal en las comidas aumenta, y mucho, el riesgo de padecer hipertensión arterial, esto es, la enfermedad definida por unas cifras de presión sanguínea superiores a 140/90 mmHg y que, según alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituye la primera causa de mortalidad global. La razón se explica porque, con objeto de diluir el exceso de sodio que se acumula en el torrente sanguíneo, el organismo se ve forzado a retener más agua en la sangre, lo que provoca que el corazón y los vasos sanguíneos tengan que esforzarse más para bombear este líquido adicional. El resultado es que los vasos se endurecen y la presión sanguínea se dispara. Entonces, ¿qué se puede hacer? Pues simple y llanamente, limitar la cantidad de sal en las comidas.