El suicidio es ponerle fin a tu propia vida, más de 800 mil personas en todo el planeta cometen esta devastadora acción anualmente, lo que representa una muerte cada 40 segundos. El suicidio es la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años, esto con base a dato de la Organización Mundial de la Salud.
Nuestro Salvador Cristo Jesús dio su vida para que todos nosotros fuéramos perdonados, de esta forma tuviéramos la oportunidad de gozar nuestro paso por la tierra.
Entonces, ¿Por qué querer terminar con el regalo que nos dio el Mesías?
Si en ocasiones usted, experimenta emociones tales como, sentimientos de desesperanza y desesperación, o quizá sentirse en un foso profundo y creer que a nadie le importa: Ante todo debe recordad que Dios siempre lo acompaña.
Lo peor que puede hacer en esos momentos de crisis emocional, es dudar de Él, tampoco vacilar porque está en la tierra y mucho menos la posibilidad de quitarse la vida.
Si usted se toma unos minutos, para reflexionar y se permite acercarse al Señor para que Él entré a su vida, le demostrará , cuán grande es, Lucas 1:37: “Porque ninguna palabra será imposible para Dios”.
¿Por qué no debería cometer suicidio?, no importa que tan malo sea el panorama, hay un Dios que le está esperando, para que le permita guiarle a través de su túnel de la desesperación, y conducirlo hacia Su luz maravillosa.
De acuerdo con las Escrituras, cometer homicidio es un pecado, incluso está descrito como un mandamiento “No matarás”. Éxodo 20:13.
Jesús soportó mucho dolor por nosotros, por ello acabar con su vida no es opción de solución, Dios por medio del Espíritu Santo puede reparar lo que se ha “roto”; concretamente, la vida que tiene ahora, que quiere terminar erróneamente con el suicidio.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
