Con el transcurso de las décadas los conflictos políticos entres países e incluso naciones han provocado terribles guerras, las cuales como consecuencia han exterminado con millones de vidas, pero ¿qué dicen las Escrituras sobre este tan alarmante tema?
Nuestro Señor enseñó que debemos ser pacificadores, volver la otra mejilla y amar a nuestros enemigos. Además, advirtió que “todos los que tomen espada, a espada perecerán”.
En ese mismo sentido, Yeshúa amplió el significado espiritual del sexto mandamiento para incluir el enojo y los insultos como formas de pecado. Explicó que su Reino no es de este mundo y que, por lo tanto, sus siervos no pelearían por defenderlo.
Juan 18:36: “Respondió Yeshúa: Mi reino no es de este mundo; si mi Reino fuera de este mundo, Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los judíos; pero Mi reino no es de aquí”.
Los siervos de Dios tenían que ser pacientes y esperar a que nuestro Señor haga justicia divina, un ejemplo muy claro fue cuando los israelitas estuvieron años esperando a que Yahweh pusiera fin a la tiranía egipcia.
Finalmente, llegó el momento en que Él Señor intervino y envió a la nación 10 terribles plagas y destruyó al propio faraón y a su ejército en el mar Rojo.
Esta es una de las tantas muestras del gran amor que Él Todo Poderoso tiene hacía nosotros, y a través de ellas debemos entender que debemos ser pacientes, seguir su camino, sobre todo tener fe y evitar hacer justicia por nuestra propia mano; ya que las consecuencias serás desastrosas.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
