¿Qué es el vértigo?

Es una sensación ficticia, de desplazamiento del cuerpo o de los objetos situados a su alrededor.

Redacción, Veracidad News

El vértigo es una sensación ficticia, generalmente de tipo rotatorio, de desplazamiento del cuerpo o de los objetos situados a su alrededor.

Usualmente suele confundirse con el mareo, el cual consiste en una sensación de inseguridad e inestabilidad; mientras que el vértigo provoca en el paciente una impresión de movimiento o giro, que puede ser pasajera, durar horas o incluso días.

Actualmente se han descrito hasta 305 causas y puede ser periférico o central. En el primero de ellos está dañado el sistema vestibular, por lo que es muy intenso y suele cursar de forma episódica. Se acompaña de pérdida de audición, sudoración, náuseas y vómitos, aunado a sensibilidad al ruido y a la luz.

Por su parte, el vértigo central se asocia a lesiones que se asientan en distintos niveles encefálicos. En este caso, es mucho menos intenso, aunque continuo. Cuando es de gravedad puede asociarse a cefalea, vómitos, y tendencia al sueño.

Para llegar a un diagnóstico acertado, en primer lugar es necesario realizar una historia clínica, en la que se debe incluir la forma de inicio del cuadro, la existencia de síntomas asociados, los factores que alivian o empeoran, así como los antecedentes familiares del paciente.

Es importante comprobar la motilidad ocular, porque cuando es anómala puede indicar que existe una disfunción del oído interno o de las conexiones nerviosas entre este y el cerebro.

Por otra parte, el examen del conducto auditivo puede manifestar la presencia de algún exudado, secreción otológica o dolor, que indicaría que es más probable que se trate de una infección y no de otro problema anatómico. Además, es preciso evaluar el reflejo vestíbulo-ocular; normalmente esto se hace girando la cabeza del paciente mientras este fija la mirada en un punto.

Para aliviar la sintomatología vertiginosa se recomienda emplear una serie de fármacos, prescritos por el médico, los cuales se deben emplear en dosis bajas al principio para, posteriormente, ir incrementando paulatinamente.