Redacción, Veracidad News
La granada es el fruto de un árbol denominado “granado”, el cual tiene una corteza rojiza con flores de llamativo aspecto; grandes y de color rojo. Florece en los meses de mayo y junio y aunque se empieza a cosechar a finales de septiembre, su mejor momento es en el otoño cuando su fruto está maduro.
La granada es una baya de piel brillante y gruesa, de tonalidades amarillas, verdosas y rojizas y alberga en su interior multitud de semillas envueltas en una pulpa comestible rosada. Estos granos rebosantes de zumo están adheridos a unas membranas amarillas que, a modo de tabiques, las protegen y dividen el fruto en gajos.
Aporta cantidades considerables de potasio, manganeso y fósforo, además de contener hierro y cobre. Facilita la eliminación de líquidos a través de los riñones y frena los procesos de envejecimiento y la aparición de enfermedades degenerativas, gracias a las antocianinas (pigmentos de color rojizo o azulado pertenecientes al grupo de los flavonoides), vitaminas C y E.
Proviene de la Antigua Persia (actualmente Irán). Los egipcios la utilizaban como fruta y medicina y para el pueblo judío, era símbolo de la concordia, mencionada varias veces en la Biblia.
Tal es el caso del libro de Números, capítulo 13, versículo 23, cuando relata que los enviados por Moisés a Canaán, le llevaron muestras de sus frutos; “Y llegaron hasta el valle de Escol y de allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el cual llevaron entre dos en un palo. También cortaron unas granadas y unos higos”.
Además, la figura de la granada se empleó para adornar las vestiduras sacerdotales; “En el borde inferior harás granadas de hilos azules, purpuras y escarlatas, todo alrededor de su borde, y entre ellas campanillas de oro alrededor”. Éxodo 28:33.
Igualmente, los capiteles de las columnas del Templo de Salomón estaban adornados con estas frutas; “Entonces hizo las columnas; había también dos hileras de granadas alrededor de la red, para cubrir los capiteles que estaban en el extremo superior de las columnas. E hizo lo mismo en el segundo capitel”. 1 Reyes 7:18.
