Redacción, Veracidad News
Fue hijo de Seraías, descrito en el libro que lleva su nombre, capítulo 7, versículo 1: “Pasadas estas cosas, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías”.
Las principales fuentes de información sobre su vida son los libros canónicos de Esdras y Nehemías.
En el que lleva su mismo nombre se habla sobre el retorno de Sión, siguiente a la cautividad de Babilonia, dividido en dos partes. La primera cuenta la historia del primer retorno de los exiliados, en el primer año de reinado de Ciro el Grande y la conclusión y dedicación del nuevo Templo de Jerusalén en el sexto año de Darío I.
El segundo, relata la posterior misión de Esdras en Jerusalén y su lucha por purificar a los judíos de lo que el libro llama «el pecado de matrimonio con no-judíos». Ambos, junto con el Libro de Nehemías, representan el capítulo final en la narrativa histórica de la Biblia hebrea.
Transcurridos muchos años desde que se había autorizado a los judíos volver a Palestina, Esdras deseaba ir a Jerusalén y utilizar su autoridad como sacerdote e intérprete de la Ley para restaurar las cosas a una condición mejor.
“Este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras”. Esdras 7:6.
Aproximadamente, 1800 hombres incluidos algunos sacerdotes, levitas y natineos salieron con él desde Babilonia y después de cinco meses llegaron a Jerusalén. Se dio a la tarea de corregirlos una vez que hubo depositado en el Templo el oro y la plata que habían llevado. La primera tarea que emprendió fue ocuparse de los matrimonios mixtos.
Ignorando la Ley de Moisés muchos, hasta los dirigentes judíos y sacerdotes, se habían casado con las habitantes idólatras del país. Ante esto, manifestó sus sentimientos en una oración que impresionó de tal manera al pueblo que Sequenías, en sus nombres, propuso que los israelitas despidieran a sus esposas extranjeras y a los hijos tenidos con ellas.
Esdras consiguió de la congregación un juramento de que cumplirían con esta proposición. La comisión se reunió durante tres meses, al final de los cuales las “esposas extranjeras” fueron despedidas.
