¿Cómo se forman los terremotos?

Los terremotos son de los fenómenos geológicos más devastadores que existen, lo más crítico es que no pueden ser prevenidos.

La palabra “terremoto” proviene del latín terra, terrae (nominativo y genitivo de singular): ‘tierra, de la tierra’, y motus: ‘movimiento’. Aunque este fenómeno también es conocido como seísmo o sismo, que procede del griego σεισμός: temblor o temblor de tierra.

Las placas tectónicas de las que está formada la corteza terrestre están en continuo movimiento, pero este suele ser lento e imperceptible. Sin embargo, cuando algo obstaculiza este desplazamiento y chocan entre sí, comienza a acumularse una gran cantidad de energía que acaba liberándose súbitamente cuando se produce un movimiento brusco de estas placas. Esta energía aflora en la superficie terrestre en lo que conocemos como terremoto.

Es por esto que, en la mayoría de ocasiones, y al ser de alta intensidad sísmica, provocan numerosos daños materiales.

Para catalogar a un terremoto, se utilizan principalmente dos escalas: la escala de Mercalli y la escala de Ritcher. La de Mercalli, de 12 puntos, tiene el objetivo de evaluar la intensidad de los terremotos según los efectos y daños causados a distintas estructuras; va desde el Grado I (sentida por pocas personas) al Grado XII (destrucción total).

La escala de Ritcher, también es conocida como escala de magnitud local (ML)- es utilizada actualmente y se trata de una escala logarítmica arbitraria que asigna un número para cuantificar la energía liberada en un terremoto.

Esta escala está comprendida entre el grado 1.5 hasta el grado 12, aunque hasta que no llega al grado 2 no se suele hablar de terremotos. Asimismo, al ser logarítmica, una magnitud 4 no es el doble de 2, sino que 100 veces mayor.

Aunque la colisión de las placas tectónicas suele ser la causa y origen de la mayoría de terremotos, también puede ser causado tanto por otros fenómenos naturales como procedentes de la mano del hombre. Por ejemplo, pueden causarse por la erupción violenta de un volcán, la fuerza del agua acumulada en presas o por experimentos nucleares.

Existen diversos efectos a causa de un terremoto divididos en tres categorías:

  • Efectos primarios: Son más directos de un terremoto, es decir, la agitación del suelo y la ruptura del mismo.
  • Efectos secundarios: Los derivados de este fenómeno sísmico. Es el caso de las réplicas (terremotos más pequeños que ocurren después de un terremoto), cambios en el nivel topográfico, aludes, cambios en el nivel freático, inundaciones, tsunamis, entre otros.
  • Efectos terciarios: Presentan una mayor duración en el tiempo y, entre otros pueden ser desplazamientos de las personas de sus residencias, pérdida de puestos de trabajo, pérdida de servicios.

Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.