Algunos trastornos son más frecuentes que otros, lo que hace que aquellos que están más extendidos merezcan un grado extra de atención.
Redacción, Veracidad News
En la actualidad, los trastornos mentales son diagnosticados de manera habitual, incluso especialistas aseguran que la mayoría de las personas conocen, en menor o mayor medida lo que significa depresión, trastorno de ansiedad, bulimia, etcétera.
Sin embargo, algunos son más frecuentes que otros, lo que hace que aquellos que están más extendidos merezcan un grado extra de atención.
Se pueden dividir en cinco grupos, trastornos de ansiedad, del estado de ánimo, de la conducta alimentaria, psicóticos y de personalidad; entre los más comunes se encuentran los siguientes:
- Es una reacción de las personas ante situaciones de estrés e incertidumbre. Sin embargo, un trastorno, se diagnostica cuando varios síntomas ansiosos provocan angustia o algún grado de deterioro funcional en la vida del individuo que lo sufre. Existen distintos tipos: ataque de pánico, trastornos fóbicos, por Estrés Postraumático y obsesivo-compulsivo.
- Depresión. Los sentimientos de desaliento, frustración e incluso la desesperación, son normales ante una decepción. Pero para algunos seres humanos, estos sentimientos pueden durar meses y años, provocando problemas serios en su día a día. Es una psicopatología seria y debilitante, y puede provocar síntomas tanto físicos como psicológicos, por ejemplo problemas de ingesta, de sueño, malestar, fatiga, etc.
- Anorexia nerviosa. Se caracteriza por una obsesión de controlar la cantidad de comida que se consume. Uno de sus síntomas más característicos es la distorsión de la imagen corporal. Las personas que lo sufren restringen la ingesta de alimentos haciendo dieta, ayuno e incluso ejercicio físico excesivo.
- La persona que lo padece sufre alucinaciones y pensamientos perturbadores que la aísla de la actividad social. Es una patología muy seria, y a pesar de no existir cura, hay tratamientos efectivos para que los pacientes con esta alteración puedan disfrutar de su vida.
- Se caracteriza porque quien lo sufre tiene una personalidad débil, cambiante, y duda de todo. Los momentos de calma pueden convertirse, al instante y sin previo aviso, en momentos de ira, ansiedad o desesperación. Estos individuos viven sus emociones al máximo, y las relaciones amorosas son intensas, pues suelen idolatrar a su pareja hasta el extremo.
