La conjuntivitis está dividida principalmente en tres tipos:
- Es ocasionada por un virus, provocando lagrimeo, picazón en los ojos y sensibilidad a la luz. Pueden estar afectados uno o ambos ojos. Es altamente contagiosa, puede propagarse por la tos o estornudos y usualmente desaparece por si sola en algunos días.
- Puede causar serios daños al ojo si no se trata. Se observa una secreción del ojo amarillenta o verde-amarillenta y pegajosa en la esquina del mismo. En algunos casos, esta secreción puede ser tan abundante que provoca que se peguen los párpados al despertarse.
- Alérgica. Ocasionada por irritantes oculares como el polen, el polvo o la caspa animal. Provoca lagrimeo, ardor y picazón en los ojos; puede estar acompañada de mucosidad y congestión nasal, así como sensibilidad a la luz.
Como en cualquier enfermedad, la prevención es una clave importante, por lo que es recomendable:
- No compartir elementos de higiene personal como toallas para las manos y pañuelos.
- Cubrir la nariz y la boca al toser y estornudar, y evitar refregar o tocar los ojos.
- Lavarse las manos con frecuencia, especialmente cuando se encuentra en escuelas u otros lugares públicos.
- Llevar consigo un desinfectante para manos y usarlo seguido.
- Limpiar superficies como mesas de cocina, artefactos de baño, canillas y teléfonos compartidos, con un limpiador antiséptico apropiado.
- Si se sufre de alergias estacionales, consultar al médico sobre qué se puede hacer para minimizar los síntomas antes de que comiencen.
- Si se usan lentes de contacto, asegurarse de seguir los consejos del optometrista u oftalmólogo para su cuidado y recambio y utilizar correctamente las soluciones.
- Al momento de nadar, utilizar gafas de natación para proteger los ojos de bacterias u otros microorganismos que se encuentran en el agua y que pueden causar conjuntivitis.
- Antes de bañarse, usar un jacuzzi o meterse en agua de cualquier tipo, quitarse los lentes de contacto para evitar retener bacterias entre ellos y los ojos.