El Señor tiene mucho que decir sobre cómo podemos criar a los más pequeños del hogar. La primera cosa que debemos enseñarles es la Palabra de Dios. Los niños son el futuro, su cuidado y atención son los pilares principales en el desarrollo para que se conviertan en adultos responsables.
Proverbio 22:6; enseña al niño el camino en que debe andar, aun cuando sea viejo no se apartará de él.
Distintas investigaciones procedentes de la Universidad de Arizona, UNAM y la academia superior en California aseguran que enseñarles a los infantes a colaborar en las tareas básicas del hogar, les traerán beneficios en su vida adulta, al estudiar o trabajar.
Junto con el amor de Dios y ser un buen modelo al comportarnos, impulsaremos el desarrollo positivo en los menores, aunque los niños aprendan mucho a través de la enseñanza directa, el mejor regalo que podemos darle es nuestro ejemplo.
Deuteronomio 4:9: “Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos”.
Para ser buenos padres nuestro Señor nos guiará por medio de sus enseñanzas que están plasmadas en la Biblia, esta es una de las muchas razones por la cual debemos escudriñarla, aplicar en nuestra vida y compartirla.
Nunca debes olvidar que lo mejor y más grato que puedes dejar en herencia para tus hijos es la educación que les has dado, no solo la que se imparte en la academia, sino la que se regala con el ejemplo y la palabra de Dios.
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