Dios y la crianza de los niños

Ser padres es una tarea difícil, pero él Señor tiene mucho que decir sobre cómo podemos criar a nuestros hijos. La primera cosa que debemos enseñarles es la Palabra de Dios. Los pequeños son la alegría del hogar, su cuidado y atención son los pilares principales en su desarrollo para que se conviertan en adultos responsables, tal como dice el proverbio 22:6; enseña al niño el camino en que debe andar, aun cuando sea viejo no se apartará de él.

Estudios psicológicos a nivel internacional realizados por diversas universidades dieron a conocer que mostrarles a los niños desde temprana edad a colaborar en las tareas del hogar, como tender su cama, recoger juguetes, barrer, e incluso doblar su ropa o meterla a la lavadora, son labores básicas que le ayudarán a fomentar su responsabilidad e incluso traerán beneficios en su vida adulta, al estudiar o trabajar.

Junto con el amor de Dios y ser un buen ejemplo al comportarnos, impulsaremos el desarrollo positivo en los menores, aunque los niños aprendan mucho a través de la enseñanza directa, ellos estudian mucho más observándonos. Esto es por lo que debemos ser muy cuidadosos en todo lo que hacemos, como lo comparte Deuteronomio 4:9; por lo tanto, cuida y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparte de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las hagas saber a tus hijos y nietos.

Pero sobre todo como padre debemos entender que la escuela principal de nuestros hijos es el hogar, donde deberán aprenderán a ser personas piadosas, respetar a su prójimo y vivir una vida con largos periodos de plenitud y satisfacción. Nunca debes olvidar que lo mejor y más grato que puedes dejar en herencia para tus hijos es la educación que les has dado, no solo la que se imparte en la academia, sino la que se regala con el ejemplo, la crianza y la palabra de Dios.

Deuteronomio 6:4-9; estás palabras que yo te mando hoy, estarán en tu corazón, se las repetirás a tus hijos y les hablarás de ellas estando en tu casa y andado por el camino; al acostarse y cuando te levantes. Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; las escribirás entre los postes de tu casa y en tus puerta.

Redacción, Yajahira Valtierra, Veracidad News