Moloch en Roma

Moloch (Baal), el dios pagano al que se le ofrecían niños pequeños, cuyos gritos eran callados con el ruido desmesurado de tambores, se sienta hoy en las afueras del Coliseo Romano, lugar donde mucho hijos de Dios fueron martirizados por defender su fe en Jesucristo.

Por redacción Veracidad News

La estatua de Moloch, adorada por los cartaginenses, cananeos, los fenicios, entre otros, es parte de una exposición dedicada a la ciudad de Cartago titulada Carthago: el mito inmortal, la cual estará abierta hasta el 29 de marzo de 2020 en el Coliseo Romano. La estatua del horrible dios pagano Moloch o saturno fue erigida en la entrada de este monumento histórico -construido en los tiempos del Emperador Vespasiano en el siglo I-, y siendo el lugar donde muchos de los primeros cristianos fueron torturados y ejecutados para el entretenimiento de las multitudes paganas.

Parece una burla cruel que la estatua del devorador de niños como se le conocía adorne la entrada del anfiteatro, del cual la iglesia católica es dueña desde el tiempo del Gregorio Magno, perdiendo potestad sobre él hasta el año 1312 dnde lo recuperó hasta el día de hoy. Esto significa que para que pudiera colocarse dicha abominación en la entrada el coliseo fue necesario la aprobación de quienes poseen los derechos sobre la propiedad considerada el lugar alto del turismo, pues a este parador llegan al año alrededor de 6 millones de turistas, colocándose como el lugar más visitado del mundo.

“Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán, figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia”. (Hechos 7:43)

La iglesia católica deja nuevamente en manifiesto que no adora al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que no vive por la fe en el Señor Jesucristo, sino que solo es una enorme pantalla de humo para esconder el paganismo y la idolatría sobre la que ha estado fundamentada desde los tiempos de Babilonia, allá en Genesis 9 y 10 con Cam, Semiramis y Ninrod… El Señor habla con claridad y nos pide salir de un sistema plagado de mentira, pero disfrazado de luz (2Corintios 11:14).

La muerte despiadada a la que esos pequeños eran sometidos sin la capacidad de ninguna defensa, nos recuerda lo que hoy en día sucede con el aborto, cuando sin ningún reparo decidimos sobre la vida de un ser sin capacidad de defender su derecho a vivir. Esta vez no son tambores y flautas las que apagan los gritos de nuestros hijos, son los gritos de las manifestantes que alegan derecho sobre sus cuerpos, ignorando que quien está dentro de su ser no decidió venir a este mundo.

“Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.” (Levíticos 18:21)

El llamado que Jehová Dios nos hace es a salir de todo esto, de este sistema religioso en el que estamos inmersos, y que decidamos creer en Él, para que seamos resguardados en el día venidero, para el que ya no falta mucho tiempo.

“…Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas…” (Apocalipsis 18:2-4)

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