Aguas de lastre; amenaza ecológica mundial

Para tener condiciones operacionales seguras durante el viaje, los barcos, utilizan agua de lastre.

Redacción, Veracidad News

 

Para tener condiciones operacionales seguras durante el viaje, los barcos, utilizan agua de lastre, la cual reduce el esfuerzo en el casco, facilita la estabilidad transversal, mejora la maniobrabilidad, y compensa los cambios de peso como consecuencia de los distintos niveles de carga y el consumo de combustible.

Aunque es fundamental para la seguridad y eficiencia de las operaciones de un buque moderno, puede plantear problemas ecológicos, económicos y de salud graves debido a la multitud de especies marinas que contiene. Entre estos organismos se incluyen bacterias, microbios, pequeños invertebrados, huevos, quistes y larvas de distintas especies.

Además, es común que las aguas de lastre sean el principal vector de propagación de virus y bacterias.

Las consecuencias del vaciado anual de más de 100,000 toneladas del líquido por los barcos son múltiples; entre ellas se encuentran las siguientes:

  • Propician la introducción de especies invasoras como el pez gobio redondo, procedente de los mares Caspio y Negro y que las mareas rojas o algas como el sargazo, desequilibren los ecosistemas y se produzcan pérdidas a la biodiversidad cercanas al 40%.
  • La economía de los sitios receptores se resquebraja cuando organismos microscópicos se reproducen exponencial y velozmente; se convierten en marea roja, afectan las actividades turísticas y amagan la salud humana.

Por tanto, las aguas de lastre constituyen un problema global que ha llevado a la mayoría de los países a reglamentar su vaciado en aguas lejanas al mar de origen, para que sean tratadas previamente, y a crear tecnologías como: filtración y separación; esterilización por ozono, luz ultravioleta, corrientes eléctricas o térmicas; uso de biosidas o germicidas; técnicas de diálisis, ósmosis u ósmosis inversa.

En 2004, el Comité de Protección del Medio Ambiente Marino, se suscribió al Convenio Internacional para el Control y Gestión del Agua de Lastre y Sedimentos de los Buques, con el objetivo de mejorar este mal. Cabe mencionar que este convenio está vigente desde el 8 de septiembre de 2017.