Al morir todos vamos al mismo lugar

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La Doctrina Babilónica es principalmente fundamentada en decir que el ama de una persona no muere, y esto comúnmente es usado para enseñar que los difuntos se convierten en espíritus a los que los debemos respetar y honrar, pues esos espíritus pueden ser amigos o enemigos terribles.

 

La Biblia nos da una visión certera acerca de lo que suceda al morir, “el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Eclesiastés 12:7).

 

Entonces, ¿puede un muerto estar consciente y saber todo lo que ocurre con sus seres queridos y  comunicarse con ellos?, la Biblia dice lo siguiente: “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol” (Eclesiastés 9:5-6).

 

Varios pasajes bíblicos reafirman esta idea, es más en distintas ocasiones la muerte es comparada con un sueño como lo dice Jesús en el evangelio de Juan “Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle” (Juan 11:11). O en la primera carta de Pablo a los tesalonicenses: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él” (1Tesalonicenses 4:13-14).

 

La Biblia es muy clara, nos permite tener la esperanza de volver a ver a nuestros seres queridos; además nos enseña que podremos vivir eternamente y nos alienta acerca del milenio, nada de esto con misticismos, sino como lo realmente autentico, sin espíritus que vagan sin conciencia,

 

Cuando usted tenga una duda acerca de cualquier tema, en la Palabra del eterno la encentrará, tal vez no sea la que le guste, pero Dios sabe que es lo mejor.