Los alimentos han sufrido una disminución entre el cinco y 40 por ciento en minerales, vitaminas y proteínas, siendo las frutas y las verduras las más afectadas, dio a conocer la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE).
La disminución del contenido mineral o micronutrientes en los alimentos es la causa del cambio de modelo agrícola; afectando distintos factores como la producción fuera de temporada, el desarrollo de cultivos forzados de invernadero y el uso de químicos .
Los alimentos no “alimentan” tanto porque se producen de forma forzada y la tierra no recupera los nutrientes y minerales para transmitirlos a sus frutos.
Cultivar alimentos menos nutritivos puede favorecer el aumento de la denominada malnutrición tipo B, también conocida como “hambre oculta”. Esta hambre supone que las personas no ingieren la cantidad de micronutrientes necesaria para su organismo, independientemente del número de calorías que estén consumiendo.
El “hambre oculta” ha ascendido a los cambios en el sistema de producción del sector agrario, y alcanza alrededor del 30 por ciento en la población mundial, incluso en los países desarrollados.
Respecto a la comida rápida más conocida como comida chatarra o frituras; son algunos de los productos que pueden contener ácidos grasos trans. Estos ácidos se producen cuando se saturan las grasas insaturadas, es decir, cuando las grasas vegetales, que no son perjudiciales para la salud, se convierten en grasas saturadas, la cuales aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares al elevar el colesterol malo (LDL) y reducir el colesterol bueno (HDL).
Estas grasas se obtienen modificando químicamente algunos aceites vegetales, a los cuales se les añade artificialmente hidrógeno para cambiar su aspecto y textura. Para la industria alimentaria tienen grandes virtudes, ya que permiten mejorar la apariencia visual de los alimentos y potenciar su sabor.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
