Mateo 14:26: “pero cuando los discípulos lo vieron andando sobre el mar, se turbaron, y dijeron: ¡Es un fantasma! Y comenzaron a gritar de miedo”.
Marcos 6:49: “Pero ellos, viéndolo caminar sobre el mar, pensaron: ¡Es un fantasma! Y gritaron”.
Lucas 24:37, 39: “Ellos entonces se turbaron y se llenaron de temor, pues pensaban que veían un espíritu. Ved mis manos y mis pies, que Yo mismo soy; palpadme y ved, pues un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que Yo tengo”.
De los anteriores versículos, parecería claro que los discípulos sí creían en fantasmas. Sin embargo, esto no significa que siguieron creyendo. Al inicio del ministerio de ellos, habrían tenido muchas creencias de su tiempo; pero con las posteriores enseñanzas de Jesús y de los apóstoles en las epístolas, podemos concluir que la creencia de ellos en fantasmas fue dejada a un lado.
Pero, ¿exactamente cómo se supone que es un fantasma? Generalmente, un fantasma es considerado como el espíritu de una persona que se ha ido. Y esto, es lo que aparentemente creyeron los discípulos al principio.
De las Escrituras, sabemos que aquellos que han muerto no pueden regresar (Lucas 16:19-31): Lucas 16:26: “Además de todo eso, entre nosotros y vosotros ha sido puesta una gran sima, de tal modo que los que quieran cruzar de aquí a vosotros, no puedan, ni de allá pasar a nosotros”.
Por lo tanto, los fantasmas o espíritus de muertos no son personas. Estos son, manifestaciones demoniacas.
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