Dios bendice al dador alegre

“Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre”. (2Corintios 2:9)

Redacción, Veracidad News

Solo en México hay cerca de 21 millones de niños en condición de pobreza, de estos 1.6 millones en condición de orfandad, de los que a su vez solo 30mil viven en las 879 casas hogares que en todo el país. Además de lo anterior hay otros 400mil en condición de abandono y en mira de explotadores. Muchos de estos pequeños terminaran en catálogos donde la dignidad de quienes son desvalidos por su condición es vendida a quienes sin escrúpulos y guiados por sus deseos carnales satisfacen sus aversiones con ellos, otros serán explotados en trabajos cuya remuneración es poco o nula.

En primera instancia el Señor Jesucristo nos dice cuando fue cuestionado por los fariseos sobre los mandamientos ahí en Mateo 22:36-40, que el primer mandamiento es amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, y con todas nuestras fuerzas y que el segundo mandamiento era semejante al primero, amar a mi prójimo como a mí mismo, de estos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Este solo pasaje responde varias de las preguntas que con frecuencia nos hacemos, cómo sociedad si tenemos responsabilidad de los desvalidos, si tenemos el deber de ayudar en la medida que Dios nos permita a quien lo necesite. Cristo transformaba su entorno, no solo porque hablaba sino también porque actuaba en obediencia al Padre que lo envió. (Santiago 1:22-27).

El Señor nos manda a ser discípulos diligentes, que no son indolentes ante el dolor del prójimo, y menos sacar provecho de quienes están en condición de vulnerabilidad para nuestro beneficio, porque escrito está; “Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso”. (Salmo 82:3)

Si usted ve a un niño solo, pregúntele si sabe dónde vive, si necesita ayuda, de no obtener información, llévelo con la autoridad para que esta se ocupe de su bienestar hasta que pueda regresar a su hogar o en su defecto le hallen uno provisional para después darle uno permanente, si tiene hambre comparta un poco de lo que tiene, porque en eso se manifiesta el amor, en desprendernos para dar, y en eso se complace el Señor: “Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre” (2Corintios 9:7)

En tiempos de bíblicos los hombres y mujeres obedientes al Señor conocían este principio y dejaban un poco de sus cosechas para extranjeros, huérfanos, viudas y desvalidos… “Con generosidad le darás, y no te dolerá el corazón cuando le des, ya que el SEÑOR tu Dios te bendecirá por esto en todo tu trabajo y en todo lo que emprendas”. (Deuteronomio 15:10)

El trabajo conjunto de la sociedad y gobierno nos permite poder servir como le place a Dios, de forma desinteresada, pensando en mi prójimo como si fuera yo, para que el Señor sea glorificado en todo tiempo… Es mejor que nos encuentre haciendo lo que nos mandó, porque el tiempo de su retorno está cerca.

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