El peligro de la apostasía

El reto más grande que tiene la iglesia es permanecer firme en la Palabra de Dios; en la medida en que el plan de Yahweh se cumple como está profetizado, los creyentes debemos guardar la fe y mantenerse en el camino de la verdad. Sin embargo, el peligro de la apostasía aumenta y el desafío de perseverar en la sana doctrina es mayor; la Palabra menciona que El Señor nos recompensará, si peleamos por mantenernos en caminos de rectitud.

El apóstol Pablo mostró su celo y cuidado constante para el pueblo de Dios y los exhortó para que nadie se aparte del camino de la fe. Los motivó mediante sus epístolas o cartas para afianzarlos en la verdad y puntualmente les hizo ver la necesidad de retener las enseñanzas de Cristo, es decir, mantenerse en la sana doctrina.

“Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual, asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano” (1 Corintios 15:1-2)

Actualmente los falsos predicadores, empleando los medios de comunicación masiva y las redes sociales, engañan y desvían de la verdad a una gran cantidad de creyentes. Con un lenguaje atractivo seducen para conducir al error. En su mayoría son carismáticos y hábiles para torcer la Palabra; otros con gran astucia presentan una doctrina atractiva, prometiendo un evangelio de triunfos, victorias y prosperidad. Las personas que no conocen la verdad caen fácilmente, le creen al mundo porque viven en el mundo, pues no tienen la mirada fija en Yahweh (1 Juan 4:5).  Los falsos predicadores no enseñan sobre las pruebas y aflicciones que el discípulo debe pasar.

El mundo es atractivo y seductor, ofrece diferentes clases de placer y diversiones que poco a poco va filtrándose en el corazón del cristiano; hasta llegar a la etapa en el que el creyente pierde la sabiduría y la guía del Espíritu Santo; olvida que quien juega con el pecado que atrapado por él.