El enfriamiento en la relación no es motivo de divorcio

Muchas bodas celebradas a partir de un sentimiento apasionado terminan en divorcio cuando la llama que unía a la pareja se enfría. Sin embargo, para el pastor, teólogo y escritor John Piper, esta circunstancia no es una justificación válida para poner fin a la unión.

Las declaraciones de John Piper se hicieron en un podcast del proyecto Desiring God, después de que uno de los oyentes pidiera una sugerencia de enfoque para el caso de su hijo. “Estoy totalmente perplejo. No entiendo por qué se siente infeliz, pero él dice que ya no está enamorado de su esposa. ¿Qué dirías a alguien que no está enamorado de su esposa? ¿Eso sería un motivo de divorcio?“, Cuestionó.

En ese contexto, Piper afirmó que el enfriamiento de la relación no es motivo para el divorcio, pues el sentimiento oscila de intensidad a lo largo de la vida, y como la pasión no es el único pilar que sostiene el matrimonio, no debe ser el termómetro de una decisión tan severa.

“En mi opinión, es casi ridículo pensar que nos mantendremos ‘apasionados’ en la misma intensidad durante 60 años, así como nos sentíamos al principio de la relación”, dijo el pastor.

 “En una relación entre dos pecadores forzados a vivir tan cercanos como casados, es ingenuidad pensar que toda fase será de intenso calor, dulzura y romance sexual. Eso es simplemente lo contrario de casi toda la historia del mundo y el contrario de todo maquillaje de la naturaleza humana caída“, añadió Piper. 

“El matrimonio es la relación más difícil de permanecer, pero también es aquel que promete alegrías gloriosas, únicas y duraderas para aquellos que tienen el coraje de mantener su alianza”, recapituló.

“La clave es estar atento a las señales de distancia excesiva y hacer algo para traer un retorno de conexión. Normalmente, las parejas pueden hacerlo por su cuenta, si no, alguna forma de asesoramiento puede ayudar“.

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