Fanatismo religioso

El fanático religioso tiene un apasionamiento desmedido por su creencia, esa misma lo ciega por completo y lo coloca a sufrir una distorsión cognitiva llamada “filtraje”.

El filtraje es una distorsión cognitiva que consiste en que el individuo solo abstrae un aspecto del conjunto y olvida todo el contexto.

La pasión desmesurada y obsesiva hacia una religión era muy típica durante la Edad Media. Hoy, en pleno siglo XXI, ha pasado a ser una conducta que se ve cada vez menos, aun así, siguen existiendo grupos fuertemente fanáticos y que son capaces de darlo todo (incluida su propia vida) por el dios o dioses a los que veneran.

Algunas de las características que de los fanáticos religiosos son las siguientes:

Creen tener la verdad absoluta, no se cuestionan la existencia de nada más que lo que veneran.

  • No son capaces de razonar de forma civilizada ni lógica cuando alguien pone en duda algunos valores de su religión.
  • Odian a todos aquellos que no siguen sus doctrinas, y suelen canalizar ese odio en forma de rabia, insultos o hasta agresiones físicas.
  • Tratan con frecuencia de imponer sus creencias a los demás, su logro más grande sería una sociedad en la que todos pensaran como él.
  • Suelen responder a perfiles intolerantes y normalmente arraigados, clasicistas. También es común que formen parte de sociedades o sectas donde se sienten a gusto con otras personas que comparten y apoyan sus ideas.

No hay nada de malo en seguir una religió y practicar sus ideales. Lo que sí se debería evitar es caer en el fanatismo.