La inquisición, tortura y matanza católica

La Inquisición fue una institución dedicada a la investigación, condena y castigo de la herejía (conjunto de ideas religiosas contrarias a los dogmas de una doctrina que fueron rechazadas por las autoridades eclesiásticas, especialmente en la iglesia católica).

Su período se extendió desde la Edad Media, en 1184 (Siglo XII) se inauguró el primer órgano inquisitorial en el sur de Francia,  posteriormente se propagó por Europa Occidental, hasta el siglo XIX, cuando fue abolida.

Como tal, la Inquisición fue un tribunal  de la Iglesia católica, administrado en cooperación con la autoridad civil, cuyo objetivo era preservar al Estado contra quienes no estuvieran de acuerdo con la religión católica y sus “normas”.

La Inquisición castigó a multitudes de cristianos, a todo aquel que no aceptaba la fe católica, al que se negó a convertirse, al que no quiso renunciar a su creencia en favor del catolicismo. Y así, envió a los judíos a las hogueras, y la misma suerte corrieron las mujeres que eran tomadas por brujas. Además, se practicó la tortura y se lanzó en cruzadas mortales contra comunidades consideradas infieles.

Los despiadados de instrumentos de tortura que usaban para castigar a quienes se negaban a seguir el catolicismo o eran acusados de no hacerlo eran realmente dolorosos y crueles, fueron sometidos a  el potro (ideado para estirar los miembros de la víctima) o el castigo del agua (el cual creaba una severa sensación de ahogamiento). Todos ellos, al menos en España, dejaron de usarse el 4 de diciembre de 1808, día en que Napoleón Bonaparte abolió la Inquisición.

La Inquisición es considerado uno de los episodios más oscuros de la Iglesia católica, pese a que semejantes situaciones vivieron los cristianos en países de mayoría protestante.

Veracidad News.