La nueva Jerusalén.

La nueva Jerusalén, que también es llamada el tabernáculo de Dios, la ciudad santa, la ciudad de Dios, la ciudad celestial, la ciudad cuadrangular y la Jerusalén celestial, es, literalmente, el cielo en la tierra.

REDACCIÓN VERACIDAD CHANNEL.

La nueva Jerusalén, que también es llamada el tabernáculo de Dios, la ciudad santa, la ciudad de Dios, la ciudad celestial, la ciudad cuadrangular y la Jerusalén celestial, es, literalmente, el cielo en la tierra. Es mencionada en la biblia en varios lugares (GÁLATAS 4:26; HEBREOS 11:10; 12:22-24; 13:14), pero se describe con todo detalle en APOCALIPSIS 21.

Es una ciudad que representa al grupo de discípulos de Cristo que van al cielo para gobernar con él en el Reino de Dios. APOCALIPSIS 22:1-3

La nueva Jerusalén:

  1. ESTÁ EN EL CIELO; Cuando la Biblia habla de la Nueva Jerusalén, dice que baja de los cielos, donde los ángeles vigilan las puertas de la ciudad (APOCALIPSIS 3:​12; 21:​2, 10 Y 12).
  2. LA IGLESIA Y EL CORDERO HABITARÁN EN ELLA; Cielo nuevo y tierra nueva, habitan entre ella. (APOCALIPSIS 21:1-7)
  3. TRAE BENDICIONES A LA HUMANIDAD; La Biblia dice que la Nueva Jerusalén “descendía del cielo desde Dios”, lo que indica que Dios la usa para dirigir su atención a asuntos fuera del cielo (APOCALIPSIS 21:2). Esta expresión relaciona la Nueva Jerusalén con el Reino de Dios, que él usa para llevar a cabo su voluntad “como en el cielo, también sobre la tierra” (MATEO 6:10).

El propósito de Dios para los humanos incluye las siguientes bendiciones:

  • La eliminación del pecado. “Un río de agua de vida” sale de la Nueva Jerusalén y riega los “árboles de vida” que son “para la curación de las naciones” (APOCALIPSIS 22:1- 2).
  • Una buena relación entre Dios y los seres humanos. El pecado nos ha alejado de Dios (ISAÍAS 59:2). Cuando el pecado sea eliminado, se cumplirá por completo la siguiente profecía: “La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos” (APOCALIPSIS 21:3).
  • El fin del sufrimiento y de la muerte. Mediante su Reino, Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor” (APOCALIPSIS 21:4).