“La vida de un pescador no es color azul marino”

Desde la corta edad de nueve años la necesidad lo obligó a descubrir lo que para él sería más que un trabajo, un estilo de vida. Actualmente cuanta con 40 años de experiencia aventurándose en las aguas del caribe mexicano en busca del pan de cada día.

Este gran pescador es Policarpo Pastrana Portillo, más conocido como Polo. Desde 1995 es socio de la cooperativa de pescadores de la laguna de Makax, ubicada en Isla Mujeres, la cual cuenta con 42 miembros y 18 lanchas.

Polo, es el octavo de catorce hermanos, por ello dice estar agradecido por todo lo que ha logrado gracias a su esfuerzo y dedicación.

“Me adentré en la pesca primeramente por la necesidad que había en la familia, porque éramos una familia numerosa”, expresó el pescador.

La travesía de este amante del mundo marino inicia con los primeros rayos del sol; abre los ojos desde las cuatro de la madrugada para estar listo a las seis am. Posteriormente en conjunto de su fiel compañero Casto Valladares, quien por cierto pesca desde los 10 años, abordan a María Guadalupe primera, su antigua, pero muy funcional lancha, es así como recorren poco más de 45 metros desde la laguna Makax hasta mar abierto.

Cuando encuentran el punto exacto detienen a María, entonces comienzan a alistarse para saltar al mar.  Las herramientas principales de este pescador son: Un arpón, gancho, aletas, visor, cinturón para sumergirse y una baquía, esta última se encuentra ensamblada con una manguera la cual es conectada directamente a una máquina de oxígeno.

Ya preparado sin pensarlo más de una vez se lanza al océano durante una hora, nadando a más de 24 metros de profundidad para atrapar peces, langostas, hasta caracoles.

“Ser pescador, para mí, para mi es algo maravilloso, es algo que no lo cambiaría por nada y por ningún trabajo del mundo”, resaltó Polito.

Al día  todos los socios pueden conseguir entre 40 y 50 kilos de pescado, algunas de las especies que capturan son boquinetes, escochin, tilapia, entre otros. Casi toda la mercancía es transportada a Cancún para ser comercializada, 1000 gramos de este producto pueden ser vendidos desde 80 hasta 120 pesos, mientras el costo del kilo de langosta equivale a 550 pesos.

Por otro lado, de acuerdo con las palabras de Polito para los pescadores no todo es color azul marino con días soleados; los peligros de su labor son tan inmensos como las olas, durante sus cuatro décadas de trayectoria ha visto morir a muchos de sus compañeros e incluso algunos han perdido la vida en sus brazos.

Tanto Polo como Casto aseguraron que la labor del mar es única, aunque la vida de un pescador va más allá de los peces, es un mundo lleno bendiciones, adversidades y mucha aventura.

Con imágenes de Raymundo Labastida e información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.