La isla glamorosa que sobrevivió a dos huracanes

Tras superar los estragos que a su paso dejaron los huracanes Irma y María en 2017, Saint Barthelémy ha retomado su fama entre los spots más paradisiacos, románticos y pintorescos del Caribe.

Esta pequeña isla montañosa, con un claro respeto a su entorno, en tiempos precolombinos fue llamada Ouanalao por los indios caribe.

Descubierta por Cristóbal Colón en 1493, durante su segunda expedición a América, recibió el nombre de Isla Bartolomé, en honor al hermano del navegante genovés.

En las Antillas Francesas, al norte de Isla Guadalupe, St. Barth o St. Bart’s (como familiarmente se le conoce) es uno de los destinos más glamorosos de la región.

Te recomiendo que inicies el recorrido por Gustavia, su capital, emplazada sobre un hermoso puerto natural con callejuelas y encantadoras casas de tejados rojos.

Caminar por aquí te acercará a sitios de interés como su Iglesia Anglicana, los fuertes Karl y Gustav; el Museo Territorial; las antiguas oficinas del ayuntamiento; y el monumento al Arawak, símbolo emblemático del espíritu isleño.

Más allá del distrito comercial de Gustavia, la pequeña villa de Corrosol conserva las costumbres más arraigadas de St. Bart’s.

Ejemplo de ello son los trabajos artesanales de cestería, elaborados a mano por mujeres. Orgullosamente se consideran entre los más finos que hay en el Caribe.

Por otra parte, está Saint Jean, una localidad que se extiende a lo largo de una bahía natural y donde, además de centros comerciales, galerías y bazares típicos, se encuentra una de las playas más bonitas de la isla: Anse des Cayes, aclamada por sus fantásticos lugares para esnorquelear y encontrar vida marina.

Desde este punto tendrás las insuperables vistas de L’Grand Mountange, cima que divide Anse des Cayes de las playas casi vírgenes de Anse des Flamandes.  

Si prefieres un sitio tranquilo y privado para tomar el sol y darte un buen baño, Cul de Sac resulta ideal por su larga y estrecha playa rodeada de acantilados que la protegen de vientos y fuertes corrientes. Pero si lo tuyo es el surf o el windsurf, las playas de Toiny figuran entre las más populares para su práctica.

PARA DORMIR

Le Sereno. Hotel de diseño contemporáneo zen con renovadas instalaciones. Atención personalizada y gran spa.

PARA COMER

Black Ginger. Cocina thai de genuina sazón en minimalista y ecléctico lugar, en pleno centro de Gustavia.

Fuente:El Universal