Los colores y tejidos en tiempos bíblicos

Entre los versículos   Bíblicos encontramos multitud de detalles sobre las prendas que vestía las personas en la antigüedad.

Claro está, la Biblia no es una obra dedicada a la moda. Pero los datos que aporta contribuyen a que el lector se haga una imagen mental de los sucesos que se narran.

Por ejemplo, en el libro de Génesis se describen las prendas que Adán y Eva improvisaron para ocultar su desnudez: hojas de higuera y coberturas para los lomos. Más tarde, Dios les dio “largas prendas de vestir de piel”, más duraderas, para reemplazar las anteriores.

En los capítulos 28 y 39 de Éxodo se detallan las prendas de vestir del sumo sacerdote de Israel. Este llevaba una prenda interior de lino, un traje largo y blanco, una banda tejida y una vestidura azul sin mangas. También lucía un efod bordado y un pectoral, además de un turbante con una lámina brillante de oro.

En este mismo sentido, la Biblia aporta muchos detalles sobre los materiales destinados a la confección de ropa y los tintes que se empleaban. Tampoco faltan detalles sobre los procesos de hilar, tejer y coser.

Las materias primas que más se mencionan son la lana de animales domésticos y el lino procedente de una planta del mismo nombre. Aunque la Biblia dice que Abel era “pastor de ovejas”, no aclara si las criaba para conseguir lana.

En cuanto al lino, su primera mención en las Escrituras son las prendas de vestir de lino fino que Faraón le entregó a José en el siglo XVIII antes de nuestra era.

Génesis 41:42: “Entonces Faraón quitó de su mano el anillo de sellar y lo puso en la mano de José, y lo vistió con vestiduras de lino fin,  y puso un collar de oro en su cuello”.

Ahora bien, el algodón, que sí se utilizaba desde tiempos muy antiguos en otras regiones de Oriente Medio, apenas se menciona entre los materiales empleados por los judíos.

Del lino y de la lana se obtenían excelentes fibras con las que se fabricaban hilos de diferentes grosores. Luego se entretejían para elaborar telas. Tanto los hilos como los tejidos se teñían de una amplia gama de colores. Después se cortaban las telas según las medidas de la persona. Y a menudo se aumentaba el valor y la belleza de la prenda bordándola con hilos de diferentes colores.

En la Biblia se mencionan con frecuencia tintes como el azul, el púrpura y el carmesí. A fin de que los israelitas recordaran su relación especial con Yahweh.

Números 15:38: “Habla a los hijos de Israel y diles que se hagan flecos en los bordes de sus vestidos, por todas sus generaciones; y pongan en cada fleco de los bordes un cordón azul”

Las palabras hebreas tekjéleth son correspondiente a una variedad de azul y ’argamán traducida por lo general como “púrpura” describen los colores de las prendas de vestir del sumo sacerdote, además de otros accesorios del tabernáculo y el templo.

Gracias a todos estos detalles registrados en la Biblia, nos damos cuenta de que los antiguos hebreos supieron aprovechar los materiales que estaban a su alcance. No eran una sociedad que llevaba una existencia sombría, con ropas sin gracia y tejidos sosos y feos. Al contrario, vestían de forma variada y colorida, según la ocasión, la estación del año y las posibilidades económicas de cada uno.

Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.