Los niños y la mercadotecnia

El segmento infantil se ha constituido en los últimos años como un mercado abundante en cuanto a la oferta.

Redacción, Veracidad News

El segmento infantil se ha constituido en los últimos años como un mercado abundante en cuanto a la oferta. El poder de decisión de los pequeños no se limita únicamente a productos fabricados para ellos, sino que influyen en la decisión de compra de artículos domésticos, tecnología, viajes y hasta de los autos familiares.

Se estima que aproximadamente el 72% de los niños entre los 11 y 14 años de edad cuenta con un perfil al menos en las redes sociales, sitios que están bombardeados por la mercadotecnia. De acuerdo con especialistas, en vez de anunciar simplemente las marcas más innovadoras recurren a estrategias de marketing y las aplican a los infantes.

Algo vital para poder controlar el uso que los más pequeños hacen de las nuevas tecnologías es que la computadora nunca este en su habitación sino en una zona común de la casa.

Además, se deben controlar los sitios que visitan y las fotografías o vídeos que puedan compartir. También es muy importante educarlos desde el momento en el que tienen acceso a la tecnología para que hagan un uso responsable de sus datos privados. “Tienen que aprender que la información tiene un precio y, si no es usada correctamente tendrá consecuencias”. Advierten expertos.

Por otra parte, la publicidad alimenticia, es otro de los males a los que están expuestos los infantes. La Organización Mundial de la Salud, destaca que por desgracia, el marketing de alimentos poco saludables dirigido a niños ha demostrado ser desastrosamente eficaz.

Especialistas reconocen que uno de cada tres niños no padecería obesidad si se prohibiera la publicidad de alimentos en el horario infantil televisivo.

Para ello, debemos evitar que los menores de dos años se expongan a las pantallas. Eso incluye los autodenominados “programas educativos” que en realidad promueven la pasividad, además de impedir que el niño juegue o explore, algo esencial para su aprendizaje.

En los niños de entre tres y siete años, la exposición debe ser inferior a media hora diaria y a partir de los siete no debería superar la hora. Aunado a esto, se debe evitar que haya un aparato de televisión en la habitación del infante.

También se le puede demostrar que las comidas caseras son tan ricas como los productos salados, azucarados o grasientos que ven a través de la publicidad.