El título de patriarca es dado a los hombres piadosos y a los jefes de familias de los que el Antiguo Testamento nos da un relato biográfico y que vivieron antes de Moisés.
Bajo el régimen patriarcal, la dirección del clan pertenecía al derecho a su fundador. El hijo primogénito, o descendiente primogénito en línea directa, era el heredero de esta autoridad. El jefe de cada una de las familias que componían una tribu ejercía una autoridad análoga en el seno de su familia.
Aunque había excepciones, a veces también podía ser el segundo hijo, un ejemplo muy claro fue el de Jacob hijo menor de Isaac y Rebeca.
El hijo mayor de Isacc y Rebeca era Esaú, él gozaba del derecho de primogenitura; es decir, era el heredero legítimo de todos los bienes familiares. Sin embargo, un día, Esaú vendió su primogenitura a Jacob por un plato de lentejas.
Génesis 25:31-33: “Jacob respondió: Véndeme primero tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: Estoy que me muero; ¿ de qué, pues, me sirve esta primogenitura?. Dijo Jacob: Júramelo primero. Él se lo juró, y vendió a Jacob su primogenitura.
Otro ejemplo al respecto se encuentra en el Antiguo Testamento. José obtuvo la primogenitura de Israel porque Rubén, el primogénito de la primera esposa de Jacob, perdió ese privilegio a causa de su transgresión.
1 Crónicas 5:1–2: “Y los hijos de Rubén, primogénito de Israel (pues él era el primogénito, más como profanó la cama de su padre, su primogenitura fue dada a los hijos de José, hijo de Israel, si bien José no había de ser inscrito en la genealogía conforme a la primogenitura debido a que Judá prevaleció entre sus hermanos, y de él procedió el líder, pero la primogenitura era de José”.
Cabe destacar que el Génesis nos da las líneas de descendencia desde Adán hasta los hijos de Jacob, siendo éstos los fundadores de las 12 tribus de Israel.
La línea de Adán a Noé la forman nueve hombres, a los que se les llama patriarcas antediluvianos porque vivieron antes del diluvio. Ellos son Set, hijo de Adán; Matusalén, la persona más longeva de la Biblia, y Lamec, padre de Noé.
A los patriarcas que vivieron después del diluvio, descendientes de Noé, se les llama noáquidas o posdiluvianos. La Biblia enlista a estos últimos, pero habla poco de ellos hasta que llega a Abraham, el Génesis hace detallados relatos de la vida de Abraham y sus descendientes: su hijo Isaac; su nieto Jacob; sus bisnietos José, Judá y sus diez hermanos.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
