Nació como protesta al alza de los precios de los carburantes.
Redacción, Veracidad News
El movimiento denominado los “chalecos amarillos”, nació como protesta al alza de los precios de los carburantes. Su nombre, se debe a las prendas fosforescentes que debe utilizar todo automovilista en Francia.
Dicho movimiento, es respaldado principalmente por la gente que vive en la periferia, provincias o zonas rurales, y se ha acrecentado al punto de protestar, además, porque se restablezca un impuesto a los más ricos, por medidas para aumentar el poder adquisitivo e incluso por la renuncia del presidente del país, Emmanuel Macron.
Fue el pasado 17 de noviembre, cuando por primera vez se reunieron las personas que apoyaban al movimiento. Ese día, aproximadamente 300,000 individuos participaron en protestas en todo el país, dejando un balance de dos muertos y más de 600 heridos.
Las protestas esporádicas continuaron, con bloqueos de carreteras y de depósitos de combustibles. Sin embargo, la afluencia fue disminuyendo, y es que en una de ellas sólo participaron poco más de 100,000 personas.
Allí, la atención se focalizó en la capital francesa, en donde se produjeron disturbios entre manifestantes y la policía, gracias a la presencia de gases lacrimógenos, granadas sonoras y barricadas en llamas, con un saldo de 103 detenidos.
En un intento por apaciguar los disturbios, la ministra francesa, Annick Girardin, se trasladó a La Reunión, sitio en donde las protestas de los “chalecos amarillos” han paralizado parcialmente la isla ubicada en el océano Índico.
“Tienen razón de gritar su cólera, estoy aquí para escucharlos”, dijo la ministra que se reunió con unos 2,000 miembros del movimiento que bloquearon una rotonda de la isla de un poco menos de un millón de habitantes.
Dijo ser consciente del “hartazgo general” y del “sufrimiento de la gente” pero les pidió “sentarse todos juntos a dialogar” para “encontrar una salida a esta crisis”.
