Si dijéramos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. (1Juan 1:8-9)
Teshuvá, significa “retorno”. Cuando hacemos “teshuvá”, examinamos nuestra forma de ser, identificamos en que estamos mal, reconociendo nuestros malos caminos y buscamos retornar a la Fuente de Aguas Vivas, anhelando la pureza espiritual a través de la conexión con Yahweh por medio de nuestro fiel abogado Yeshúa.
El proceso de teshuvá involucra lo siguiente:
1- Arrepentimiento: Darse cuenta de la medida del daño que se ha hecho y lamentarlo sinceramente para corregirlo.
2- Suspensión: Detener inmediatamente la acción perjudicial.
3- Confesión: Reconocer el error y pedir perdón, principalmente al Dador de nuestra vida y también a todo aquel a quién se ha ofendido.
4- Resolución: Hacer un firme compromiso de no repetir ese error en el futuro y restituir todo mal causado.
Dad, pues, frutos dignos de arrepentimiento (Mateo 3:8)