Cada año hay unos 30 días en los que protegerse del sol pasa a ser más una necesidad que una opción. A estos días se les conoce como canícula, período canicular o días de las canículas. Por lo cual, es un fenómeno climatológico que se caracteriza por elevar la temperatura a grados mucho más altos de lo acostumbrado.
Es el resultado del movimiento de traslación (vuelta de la tierra alrededor del sol) del planeta. Por su inclinación y traslación la tierra se acerca más al sol en esta época, recibiendo una alta dosis de radiación solar.
Comienza unas semanas después del solsticio de verano (que ocurre el 21 de junio en el hemisferio norte y el 21 de diciembre en el hemisferio sur).
El término procede de can o canis en latín que significa”perro”. Hace referencia a la constelación Canis Major, ya que la estrella Sirio conocida también con el nombre de” La Abrasadora” era la más brillante en el cielo nocturno durante la época de más calor en el Hemisferio Norte.
Al subir la temperatura de manera tan radical, tu temperatura corporal también puede elevarse por encima de los 39.4 centígrados, provocando que tu organismo pierda la capacidad de regular su temperatura.
Esto puede provocar golpes de calor, desmayos, deshidratación, delirios, convulsiones y, en el peor de los escenarios, la muerte. Eso sin contar que la exposición directa a los rayos UV puede causar cáncer de piel y melanoma, o por lo menos, acelerar el envejecimiento y las arrugas.
Las temperaturas altas, especialmente cuando sobrepasan los 30ºC, nos obligará a tomar algunas medidas para poder continuar con nuestro día a día:
-Tomar mucha agua
-Usar ropa de algodón de colores claros y preferentemente con manga larga
-Usar gorra, sombrero o visera
-Evitar la exposición directa al sol
-Usar bloqueador solar de un filtro alto
-Comer alimentos ligeros y frescos.
-Mantener las casas y lugar de trabajos ventilados.
