¿Qué es ser un imitador de Jesucristo, conforme a lo que está escrito en Filipenses 2:1-18?

Elegir a nuestro Salvador Jesús Cristo como ejemplo en nuestra forma de pensar y comportarnos para con quien nos rodea (nuestro prójimo) e incluso con nosotros mismos es la mejor decisión que podemos tomar.

En carta a los Filipenses capítulo dos Dios nos bendice por medio de Sus grandes enseñanzas, Él nos exhorta a unirnos todos al mismo pensamiento de amor, consuelo y esperanza que tuvo el mismo Mesías durante su paso por la tierra (Filipenses 2:1-2).

Filipenses 2:3-4: “Nada hagáis por ambición egoísta o por vanagloria; antes bien con una mentalidad humilde, estimando cada uno a los demás como superiores a si mismo; no considerando cada uno sus propias virtudes, sino cada cual también las virtudes de los otros”.

Ante todo, Jesús siempre fue humilde al compartir la Palabra y ayudando al prójimo, incluso lavó los pies de Sus discípulos (Juan 13: 4-5). Siempre vio las cualidades de cada uno de Sus hermanos, así como Él debemos ser, apreciando a quienes nos rodean. Tenemos que hallar en nosotros la manera de pensar que hubo en Cristo Jesús (Filipenses 2:5).

Cuando Jesús vino a la tierra a predicar el evangelio se despojó a Sí mismo, tomando forma de esclavo, haciéndose semejante a los hombres. Se humilló, haciéndose obediente hasta el último momento, dando su último aliento para la gloria y honra del Señor (Filipense2:7-8). Imitar a Jesús con nuestro vivir traerá a nuestras vidas grandes bendiciones, pero antes es importante recordar y demostrar que la fe que nos mueve es verdadera, para andar en los caminos del Señor y hacer Su santa voluntad. 

También demostró fe, gozo y regocijo con nosotros a pesar de su sacrificio, ser un imitador de Jesucristo va más allá de seguir sus acciones, sino sentirlas de corazón mientras llevan a cabo.

Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.