¿Qué hacer después de un huracán?

Una combinación de vientos, marejada de tormenta y lluvia, puede provocar destrucciones en edificios, líneas eléctricas, caminos, y automóviles.

Redacción, Veracidad News

Un huracán puede causar enormes daños cuando se acerca; esto depende de la intensidad de la tormenta y contra qué choca. Una combinación de vientos, marejada de tormenta y lluvia, puede provocar destrucciones en edificios, líneas eléctricas, caminos, y automóviles.

Después del fenómeno, es posible que haya inundaciones, cables caídos, daños por moho y otras amenazas para la salud. Es por eso, que hoy te presentamos algunas recomendaciones de lo que puedes hacer después de un huracán.

  • Tira los alimentos que puedan haber estado en contacto con el agua de inundación o tormenta; los que no hayan sido refrigerados adecuadamente debido a cortes de electricidad y los que tengan un olor, color o textura que no sea habitual.
  • No tomes ni prepares comida con agua de la llave hasta que las autoridades oficiales digan que es segura.
  • No utilices artefactos eléctricos que se hayan mojado. Si aún está enchufado, corta la electricidad desde el interruptor principal.
  • Ten en cuenta que los huracanes pueden dañar los edificios y tornarlos inseguros. Si tu vivienda se ha dañado, asegúrate de que no haya peligro antes de entrar.
  • Si por el contrario, no sufrió ningún daño, límpiala después de la tormenta; si es posible, dentro de las siguientes 24 a 48 horas y ventílala abriendo puertas y ventanas.
  • Para ello utiliza los zapatos más cerrados que tengas.
  • Limpia cuidadosamente cualquier derrame de medicinas, sustancias toxicas o inflamables.
  • Retira y desecha todo lo que no se pueda lavar o secar rápidamente; colchones, alfombras, tapetes, peluches, juguetes de bebés o almohadas.
  • Si utilizas un generador, evita el envenenamiento por monóxido de carbono, siguiendo las instrucciones del fabricante.
  • El agua de inundaciones puede contener bacterias peligrosas provenientes de las aguas residuales y los desechos agrícolas e industriales. Si bien el contacto con la piel no presenta en sí un riesgo grave para la salud, comer o beber cualquier cosa que esté contaminada con esas aguas puede causar enfermedades.