“He decido que es el momento de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel”. Fueron las palabras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró hace unos días.
Redacción, Veracidad News
“He decido que es el momento de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel”. Fueron las palabras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró hace unos días.
De acuerdo con medios internacionales, con esto, pone fin a décadas de cautelosa diplomacia de Washington en Medio Oriente y convierte a Estados Unidos en el único país del mundo en reconocer dicho status.
El mandatario dijo que se trata de un movimiento “pensado desde hace tiempo”. Señaló que si durante años no se han obtenido frutos en el proceso de paz entre israelíes y palestinos es porque hay que cambiar las cosas. “Repetir la misma fórmula sería un error”, este acto “es la manera de conseguir la paz”. Declaró.
Para lograr esto, el dirigente estadounidense lanzó la propuesta de trasladar la embajada estadounidense en Israel de Tel-Aviv a Jerusalén. La iniciativa fue comunicada a los principales líderes de la región, como el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, su homólogo palestino, Mahmud Abás y el rey Abdalá II de Jordania.
Algunos medios de circulación nacional e internacional han publicado que una de las razones que Trump tiene para realizar dicha acción, se debe a que su hija Ivanka Trump y su yerno Jared Kushner, profesan el judaísmo y tienen una cálida relación con Netanyahu, así como a la de los cristianos evangélicos estadounidenses, principales representantes de su electorado.
Cabe hacer mención que el presidente tiene respaldo legal, y es que en 1995 el Congreso de Estados Unidos adoptó una ley para trasladar de Tel Aviv a Jerusalén su Embajada en Israel. Pero debido al estatus de la ciudad y al problema relacionado con el mundo árabe-musulmán, todos los presidentes estadounidenses, incluido Trump, firman cada seis meses un documento posponiendo la implementación de esta decisión.
Sin embargo, en junio de este año, el Senado de Estados Unidos aprobó una resolución simbólica que celebraba el aniversario de la reunificación de Jerusalén y pedía al mandatario que cumpliera con la ley de 1995.
La decisión ha causado incomodidad en la región árabe. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Abu Mazen, rechazó esta acción y advirtió de “graves repercusiones” para el proceso de paz. Por su parte, el mandatario de Palestina, Abás, señaló que una medida como esa tendría “consecuencias peligrosas”.
Autoridades de Turquía aseveraron que la decisión sería una “gran catástrofe”. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó con cortar las relaciones diplomáticas con Israel en caso de que Jerusalén sea reconocido como capital. El ayatolá iraní, Alí Jameneí ha nombrado esta intención como un gesto de debilidad que no impedirá la liberación de Palestina de la ocupación israelí. Moscú y Londres también han expresado su preocupación.
