Fue el enviado por Dios para cargar con nuestros pecados y así, redimir y salvar a la humanidad de la muerte.
Redacción, Veracidad News
Jesús de Nazaret, Jesús Cristo, Yeshúa, Cristo, el Mesías o Jesús, fue el enviado por Dios para cargar con nuestros pecados y así, redimir y salvar a la humanidad de la muerte.
Nació aproximadamente en el siglo VI a.C., en el seno de una familia humilde de Nazaret; sus padres, fueron un carpintero de nombre José y María; “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Mateo 1:21.
Tras sufrir las persecuciones por parte del Rey Herodes, que obligaron a José a llevarse a su familia durante un tiempo a Egipto, la infancia de Jesús transcurrió sin mayores complicaciones en Nazaret.
A los 30 años, comenzó su camino en la predicación, incorporándose a las que ya impartía su primo Juan el Bautista, el cual lo bautizó en el río Jordán, pese a que en un principio se negó; “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre Él”. Mateo 3:16.
Después de esto, fue llevado por el Espíritu al desierto y tras haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre y fue tentado por satanás; sin embargo, el Mesías no cayó ante ninguna de sus provocaciones; “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás”. Mateo 4:10.
Fue a partir de ese hecho, que inició oficialmente su ministerio; “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 4:17.
Una de sus actividades iniciales fue escoger a sus primeros discípulos; “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”. Mateo 4:18-22.
En sus prédicas hacía énfasis en el amor al prójimo, el desprendimiento de los bienes materiales, el perdón y la esperanza en la vida eterna. Además, destacaron los milagros que había realizado, entre ellos, la sanación del paralítico, la del leproso, la del ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro.
“Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!. Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir”. Juan 11:43-44.
