El águila es un ave conocida por sus grandes capacidades, como son: velocidad, visión y fuerza. Se sabe que este pájaro posee unas alas enormes, su atributo para elevarse a grandes alturas lo han hecho famoso desde la antigüedad en prácticamente todo el mundo.
La vejez del águila llega a los 40 años, se hace presente en su cuerpo emplumado, el pico se engruesa, las garras se tuercen e incluso pierde velocidad, todo esto a causa del envejecimiento.
En esta etapa volará a lugares solitarios durante un lapso de cinco meses, con el fin de renovarse en medio de dolorosas transformaciones; golpeará su pico una y otra vez hasta que se caiga y le salga otro, posteriormente arrancará sus plumas y mudará de uñas, para volver resplandeciente por los próximos treinta años.
Aunque para algunos sea algo asombroso, nuestro padre contempla todos los acontecimientos que suceden en la tierra, incluyendo el proceso de esta ave en la Palabra, haciendo referencias al modo en que rejuvenecen. Y lo que espera de nosotros al llevarnos como el águila a despojarnos de lo viejo, para nacer de nuevo.
Isaías 40:31: “Pero los que esperan en Yahweh renovarán sus fuerzas; se remontarán con las alas como las águilas, correrán y no se cansarán; caminarán y no desfallecerán”, (versión Recobro).
Cabe destacar que el rejuvenecimiento que nuestro Señor nos regala a través de La Escritura va más allá de lo físico, alimentando nuestro espíritu saciando así nuestra hambre; de esta forma podremos mantener un aspecto sano de adentro hacía afuera.
Salmo 103:5: “Él te sacia de bien en la flor de tus días, para que tu juventud sea renovada como el águila”, (versión Recobro).
En diversos capítulos de la Biblia se hace mención metafóricamente del águila a causa de sus cualidades, trayendo consigo sabias y profundas enseñanzas para quienes estudian y practican en su día a día la Palabra de nuestro Mesías.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
