El arrepentimiento

arrepentimiento

Hablar de arrepentimiento en muchas ocasiones trae consigo cierta predisposición, pero seas o no un creyente es una palabra que incluye valores éticos que nos permiten convivir de la mejor manera dentro de la sociedad, aun en materia de derecho, algunas legislaciones permiten reducir penas cuando el infractor de la ley manifiesta su “arrepentimiento”.

Arrepentimiento proviene del latín tardío “poenitere” que significa ser penitente, es decir contrición de acciones pasadas que son indebidas, algunos autores afirman que arrepentimiento es la traducción de la palabra griega “metanoeo”, que es un cambio de mente reconociendo malos actos, por lo que se considera la necesidad de una transformación en la conducta.

Como creyentes debemos entender la teología judeocristiana, ahí encontraremos que en la Biblia existen por lo menos cuatro términos predominantes traducidos de manuscritos originales del Antiguo Testamento, el primero es “nacham” o “nä·kham” que significa sentir duelo, cambiar de parecer o sentir pesar por algo, pero en las traducciones no se usan los términos de duelo o pesar, hecho que ha originado gran confusión al usarse como arrepentimiento, refiriéndose a la actitud de Dios con respecto al hombre, como en Génesis 6:6 cuando dice “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón”; de acuerdo con la concordancia hebrea “najam” aparece unas 40 veces.

Otro término es “shub” que significa “volver o retornar” hablando acerca del pecado, esta expresión la encontraremos más de mil veces, ejemplo de lo anterior lo encontramos cuando Job escribió: “Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y en ceniza”.

Pasando ahora del Nuevo Testamento, son tres las palabras utilizadas para expresar arrepentimiento por ejemplo “metanoeo” es expresamente utilizado al referirse a un cambio ético, como cuando Juan el Bautista (Mateo 3:2) exhortaba al arrepentimiento; “metamelomai” se emplea para referirse a un sentimiento de remordimiento, o que se sienta mal, como el mismo Jesús expresó: “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale” (Lucas 17:3-4); o “metanoia” que aparece unas 22 veces en la escritura, y que se refiere a un cambio de idea que termina en cambio de conducta y “metanoeo” lo hallaremos en unas 34 ocasiones, refiriéndose al cambio de manera de ser.

En el idioma español, uno de los elementos céntricos del arrepentimiento es el dolor o remordimiento, experimentado por la persona a causa del pecado, el énfasis en metanoeo y metanoia parece ser más específicamente el cambio total, en pensamiento y conducta, refiriéndose a la forma “correcta” pensar y actuar; aquí es importante aclarar que al decir “correcto” no es de acuerdo a la concepción de cada persona sino de Dios; sin olvidar que el Señor nos dio el libre albedrio y que sus mandamientos son con el objeto de guardarnos y guiarnos a la vida eterna.

Si bien es cierto que el arrepentimiento trae consigo dolor que produce un cambio de conciencia que nos impulsa a actuar de forma diferente, recordando que en eso radica la diferencia de contrición y remordimiento; el ejemplo más evidente de “contrición” es Pedro, quien negó a Jesús tres veces, aunque no fue honesto y actuó de forma contraria a la integridad que sugiere una vida bajo la palabra de Dios, se arrepintió  y cambio su actitud y ya no le importo más su vida y su voluntad sino cumplir la encomienda que se le dio; contrario a esto es el remordimiento, este lo vemos en Judas, quien no soporto las consecuencias de sus errores y termino con su vida infringiendo una vez más lo establecido por Dios.

No olvidemos jamás que Dios es el mismo ayer hoy y por los siglos, y que por que es fiel aún tenemos la oportunidad de cambiar nuestro camino e ir en la dirección correcta.

El Arrepentimiento from Veracidad Channel on Vimeo.