Desde hace décadas la medicina natural o alternativa ha sido para más de uno una buena opción para tratar diversos malestares relacionados con la salud.
Aunque este tipo de remedios convencionales han sido recomendados de boca en boca, la mayoría de los profesionistas en temas médicos los recetan inusualmente, debido a que con base a sus conocimientos consideran que los antibióticos son mejor alternativa.
Cabe destacar que el desarrollo en farmacéuticos ha generado grandes avances en los últimos años, mientras que los tratamientos naturales pueden complementar o ayudar a un paciente a sentirse mejor, pero no a arrancar de raíz el malestar.
La medicina convencional causa efectos secundarios, pero también es la que más y mejores resultados tiene en tratamientos instantáneos. Tanto la medicina natural como la tradicional deben unirse en un clima de mutuo respeto, dado que de lo contrario obtendrían como resultado el perjuicio del individuo.
Estas son algunas de las ventajas que respaldan los remedios caseros:
- Las técnicas que utiliza son menos agresivas para el cuerpo y carece de efectos secundarios. Además, no tiene efectos a largo plazo.
- Son accesibles a cualquier persona, dado que son más baratos.
- Benefician a la persona en su bienestar general, considerando al paciente como un todo.
- Son preventivos, es decir no solo hay que utilizarlos para curar la enfermedad, si no para prevenirla.
- La búsqueda de pautas profesionales y la integración al tratamiento médico convencional pueden beneficiar y ayuda a reconocer los escenarios en que estas medicinas funcionan mejor.
Aunque como en cualquier otra cuestión la medicina alternativa también cuenta con ciertas desventajas.
- La mayoría de estos remedios actúan más despacio contra los síntomas que causan la molestia.
- Existe una inseguridad ante sus productos, dado que no pasan los controles de calidad como lo hacen los medicamentos de laboratorio, de esta forma no se certifican todos los resultados que el producto ofrece.
- Sus tratamientos no son absolutos e infalibles.
- La continuidad del tratamiento está poco controlada, ya que las dosis varían entre terapeutas por falta de consenso.
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