Bendición y maldición

Y acontecerá que cuando Yahweh tu Dios te haya introducido en la tierra a la cual entras para poseerla, pronunciarás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal. (Deuteronomio 11:29).

Gerizim, cuyo significado en hebreo es “cortadores”, es uno de los montes más altos de Palestina central, con una altura de 881 m s/n/m. Al sur se encuentra el monte Ebal, separado por un angosto valle; justo en la salida oriental se localizó la ciudad de Siquem. Ahora Gerizim se le llama Jebel et-Tor y está parcialmente sin vegetación. Lo curioso de esto es qué en el tiempo de Moisés, en el monte Gerizim abundaba toda clase de plantas y árboles, no así en el monte Ebal, cuyo nombre es piedra, monte y/o desnudo, pues éste era rocoso y en el cual casi no era perceptible la vegetación, con una elevación de 940 m, forma parte de los montes más altos de la cordillera que rodea a Israel, Líbano y Siria.

Monte que hoy en día se le conoce como Jebel Esl-mTyeh, en su forma abrupta y rocosa, además está desprovisto de vegetación. Moisés dio la orden al pueblo a ir allá después que hubieran cruzado el Jordán, también mandó que erigieran un altar y grandes piedras revocadas sobre las cuales deberían escribir la torá. (Deuteronomio 27:1-8). Moisés ordenó que seis de las tribus hebreas (Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí), deberían reunirse en las faldas del monte Ebal y pronunciar las maldiciones que alcanzarían a los transgresores de la torá. (Deuteronomio 27:13-26/28:15-68). El resto de las tribus irían al monte Gerizim y pronunciar las bendiciones (Deuteronomio 11:29; 27:11-12; 28:1-15), cumpliendo con este mandato, el siguiente paso sería preparación para entrar a la tierra prometida como lo vemos en Josué 8:30-35).

De esta manera podemos observar, con base a lo plasmado por Yahweh en su palabra, Yeshúa tenía que cumplir lo que Yehoshúa/Josué hizo en la cordillera cerca de Gerizim y Ebal, estando ahí con las 12 tribus, para presentar el holocausto y la ofrenda de paz que Yahweh ordenó, descrita en (Deuteronomio 27:6-7).