¿Cómo enseñar la Biblia a los niños?

Las Escrituras son muy claras al mencionar en el versículo 3, del capítulo 127 de Salmos que los infantes son un regalo del Señor.

Redacción, Veracidad News

“He aquí, los niños son herencia de Yahweh; recompensa es el fruto del vientre”.

Las Escrituras son muy claras al mencionar en el versículo 3, del capítulo 127 de Salmos que los infantes son un regalo del Señor, por lo que una de las misiones de los padre es instruirlos en su palabra.

“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no rechaces la enseñanza de tu madre”. Proverbios 1:8.

De acuerdo con especialistas el cerebro del niño hace conexiones nuevas de manera muy rápida durante los primeros meses de vida. Por eso, es importante que los padres utilicen ese tiempo para enseñarles las Escrituras.

La instrucción de la Biblia es el principio para construir la formación en cada pequeño. El escuchar las historias de las Escrituras no sólo permitirá que aprendan sobre Dios, sino que inculcará valores en ellos. Aprenderán desde temprano las cosas que el Señor hizo, las maneras de actuar y los caminos para fomentar un interés genuino hacia la palabra.

Además, existen una serie de cosas que se pueden realizar para instruir al niño en las Escrituras:

  • El amor que se profesan sus padres y la armonía en el hogar, son la mejor muestra del amor a Dios. Si el niño ve que sus papás se tratan con respeto, disfrutan de estar juntos y saben resolver sus diferencias sin perder el control, será muy fácil para él comprender en qué consiste el amor al Señor.
  • Ser un ejemplo es la mejor educación que pueden recibir. Si no se quiere que el niño mienta, los padres no deben mentir; si quieren que respete, se le debe respetar y si quieren que ame a Dios, deberán amarlo primero ellos.
  • Instruirlos sobre ciertas historias, como El Arca de Noé, Adán y Eva y el nacimiento de Jesús, será el comienzo a la enseñanza del cristianismo que podrá beneficiarlos por el resto de sus vidas.
  • Manifestar respeto y amor al prójimo. Quien ama al prójimo, puede decir que ama a Dios. Como se lee en la Primera epístola de Juan 4:20; “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto no puede amar a Dios a quien no ha visto”.
  • Orar todos los días con ellos antes de acostarlos, para que en un futuro puedan hacerlo solos. Hay que recordar que la oración no es la repetición de frases sin sentido, sino que es una conversación dinámica con Dios.

Así, la mejor manera de enseñar cualquier cosa a los infantes es involucrarse en el proceso, es decir, experimentándolo y transmitiéndolo.