Conozca más acerca de la Fiesta de los Tabernáculos

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Como sabemos existen 7 fiestas en las que Dios dijo a Moisés: “Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones”; estas  fiestas son: Pesaj, Hamatzah, Bikkurim, Shavuot, Yom Teruah, Yom Kippur y Sukkot, descritas en el libro de Levítico capítulo 23.

 

Sukkot o Tabernáculos, se celebra del día 7 al 22 del mes de Tishri, esta culmina con el ciclo de las fiestas de Jehová, esta es descrita en la Toráh como una fiesta de gran gozo y regocijo. “Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones; porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos, y en toda la obra de tus manos, y estarás verdaderamente alegre” (Deuteronomio 16:13-15).

 

Como sabemos Dios creó al hombre para que habitara con Él y disfrutara de la comunión entre ambos, y así lo hizo hasta que el hombre y la mujer decidieron interrumpir esta hermosa relación, como está descrito en el libro de Génesis, capítulo 3.

 

Ahora bien, a pesar de que el hombre falló, Nuestro Creador decidió apartar un pueblo para engrandecer su Nombre, y morar entre ellos como lo leemos en Éxodo, “Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite entre ellos. Conforme a todo lo que te voy a mostrar, conforme al diseño del tabernáculo” (Éxodo 25:8-9), además de este versículo, a lo largo de la escritura podemos ver como Dios hablaba con su pueblo a través de los profetas, y les mostraba su fidelidad, Él se manifestaba entre ellos, es así como llegó a ellos la promesa del Mesías, “Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel”, que significa Dios con nosotros (Isaías 7:14, Mateo 1:23).

 

En el evangelio de Juan dice lo siguiente: Y aquel verbo fue hecho carne, y habitó, que proviene de la palabra eskeneo, que significa tabernaculisó, puso su morada o su tienda entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14).

 

El mismo Jesús al venir celebró las fiestas de Jehová,  como lo podemos leer en Juan capítulo 7, en donde también les expresó: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” (Juan 7:37-39).

 

En esto Jesús expresa el gozo al que se refiere la escritura, sin olvidar que a través del profeta Isaías también Jehová manifestó: “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” (Isaías 57:15); recordemos que somos templo de Dios, y que para que Él more en nosotros debemos ser santos.

 

Esta fiesta profética vera su cumplimiento cuando regrese el Mesías como Rey, como lo dice Apocalipsis “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo” (Apocalipsis 21:1-7).