¿Cuál era la labor de los diáconos?

La palabra Diácono es mencionada en repetidas ocasiones entre las páginas de la Escritura. Su significado proviene de raíces griegas (diakonos) y del latín diaconus.

En el Nuevo Testamento, la palabra generalmente traducida como “siervo” o “por el polvo.” Se refiere a un asistente, un camarero, o uno que ministra a otro. En el libro de los Hechos se refieren a los diáconos como ayudantes en la iglesia.

Es considerado un ayudante, “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” ( Marcos 10: 45).

“Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas'” (Hechos 6:2).

Los hombres que nutrían a la congregación predicando y enseñando se dieron cuenta de que no era equitativo que dejaran esas actividades para servir mesas, así que encontraron a otros hombres que estaban dispuestos a servir, y los hicieron atender las necesidades físicas de la iglesia mientras ellos atendían las necesidades espirituales. Fue una mejor utilización de los recursos y del uso de los dones de todos.

Las responsabilidades de un diácono no están enumeradas ni descritas claramente en las Escrituras, pero estos son algunas de sus tareas y requisitos.

1. El diácono tiene que ser escogido “de entre vosotros” (Hechos 6:3), y ser un miembro

de la congregación local por lo menos por un año.

2.  Debe tomar decisiones sobre asuntos prácticos y temporales, también

apoyar al pastor en asuntos espirituales, así que la dirección sana y el consejo sabio necesitan

“sabiduría” (Hechos 6:3).

3. Tiene que estar dispuesto a ocuparse en la obra de Dios en la iglesia; y debe

“servir” (Hechos 6:2).

4. Su labor es ser “honesto” firme y serio, no puede hablar con “doblez”, tiene que cumplir su palabra, ser confiable (1 Timoteo 3:8)

5. Guardará el misterio de la fe con limpia conciencia” (1 Timoteo 3:9)

6. Es un creyente maduro, “y éstos también sean sometidos a prueba primero”

(1 Timoteo 3:10).

7. Administrará su hogar en Cristo, y gobernará “bien a sus hijos” (1

Timoteo 3:12).

8. Los cónyuges de los diáconos (o diaconisas) tienen que ser ejemplos de vida cristiana,“no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo” (1 Timoteo 3:11).

La Palabra dice que, el oficio de diácono es un honor y una bendición. Timoteo:3:13: “Porque los que ministren bien, ganan para sí un grado de honroso, y mucha confianza en la fe que es CristoJesús”.

Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.