Personas con falta de fe aseguran que Dios no habla con nosotros, por otro lado, algunos escépticos creen al Señor no le importamos o quizá en modo de burla piensan que Dios tiene una “lada especial” para marcarle vía telefónica, esto es falso, aunque sea algo difícil de creer el TodoPoderoso se comunica con nosotros todo el tiempo de muchas formas.
La Escritura nos muestra que en tiempo bíblicos nuestro Padre les habló a Sus discípulos de distintas maneras, una de ellas fueron los sueños: Por ejemplo, se comunicó con Abraham, Jacob y José mientras dormían (Génesis 28:10-19; 31:10-13; 37:5-11). El rey babilonio Nabucodonosor tuvo sueños proféticos procedentes de Dios (Daniel 2:1, 28-45).
Los sueños procedentes del Señor no son vagos ni incoherentes como suelen ser los sueños normales. A veces, Dios los usa para proteger a personas clave en la realización de Su propósito.
Cabe destacar que Dios también habló con Sus apóstoles directamente, un claro ejemplo de ello fue Saulo; quien escuchó a Jesús de camino a Damasco y posteriormente al ver el resplandor en el cielo quedó ciego (Hechos 9:1-9).
Nuestro Creador usó a sus apóstoles para darles mensajes a naciones enteras y a personas en específico, esta situación sucede hoy en día, el Altísimo nos da mensajes muy a menudo por medio de otros hermanos; puede suceder durante la prédica, la enseñanza bíblica que recibimos, o por conversaciones y hechos cotidiamos que tenemos.
El conducto físico principal de comunicación con el Señor es la Biblia. Al leerla, ¿ te ha parecido que algún capítulo o versículo de la página resalta y es para ti? Cuando esto ocurre, con frecuencia es Dios que nos habla una verdad y que es en particular para nuestra situación.
Si prestamos atención a estas palabras nos llegarán profundamente, tocando nuestros corazones y haciendo el cambio que necesitábamos para nuestra existencia en ese momento.
Mateo 13:9 “ El que tenga oídos, que oiga” (versión RVR 1960)
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
