El presidente de EEUU, Donald Trump, recibió este lunes a su homónimo de Nigeria, Muhammadu Buhari, en la Casa Blanca. Entre los asuntos tratados, él habló sobre la persecución a los cristianos en el país africano: “Trabajamos en este problema porque no podemos aceptar esta situación”, dijo, refiriéndose al ataque de jihadistas contra una iglesia el 24 de abril, que mató a 18 personas.
Sólo este año, más de 200 cristianos han sido asesinados por extremistas islámicos en una creciente ola de persecución religiosa.
Trump cobró medidas eficaces del gobierno nigeriano, para que impida los ataques sistemáticos de los miembros de la etnia fulani y de Boko Haram. A pesar de las justificaciones de que se trata de conflictos étnicos, hay registros de que los fulani usen fusiles de asalto AK47 y los ataques poseen una clara motivación religiosa.
El presidente Muhammadu Buhari quedó visiblemente constreñido cuando Donald Trump criticó su apatía durante la rueda de prensa. “Estamos profundamente preocupados por la violencia religiosa en Nigeria, incluyendo la quema de iglesias, el asesinato y la persecución de cristianos. “Es una historia horrible”, lamentó.
El republicano afirmó a continuación: “Alentamos a los líderes de Nigeria a hacer todo lo que esté a su alcance para proteger inmediatamente a las comunidades afectadas y proteger a civiles inocentes de todas las religiones”.
Además de los ataques de los fulani, en los últimos años los jihadistas del Boko Haram persiguen a cristianos sobre todo en la región norte del país, donde declararon su “califato”. La actividad extremista islámica en Nigeria ya ha hecho que más de 3 millones de personas hayan sido forzadas a abandonar sus casas.
Fuente: Christian Today
