El miedo es la alteración del ánimo que produce angustia ante un peligro o perjuicio, ya sea producto de la imaginación o real. En hebreo es Yir´ah (Strong 3374) que significa temor, acaso, espanto, miedo, reverencia, algo terrible o aterrador, miedo de Dios, respeto, piedad, reverenciado.
La primera vez que se menciona el miedo en la Escritura es la ocasión en que Adán y Eva comieron el fruto prohibido, Génesis 3:10. Notemos que el miedo al Eterno entro por la desobediencia, antes de esta situación, el hombre platicaba con Dios como si fueran amigos, el pecado generó una separación entre el hombre y El Señor.
La Biblia también menciona el temor a Dios, que es diferente al miedo, Proverbios 9:10 señala: “El temor de Yahweh es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. El temor al Eterno es el que nos hace sabios, puesto que nos aleja de hacer el mal, es un “temor reverente”, donde a través de nuestros actos reconocemos la majestad, el poder y la posición exaltada del Creador.
También El Eterno demanda que le temamos para que a través de la obediencia pueda bendecirnos. En Deuteronomio 10:12 menciona: “Y ahora Israel, ¿qué te pide El Altísimo tu Dios, sino que temas a Elohim tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al Creador tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”.
“El temor de Yahweh es manantial de vida, Que aparta de los lazos de la Muerte” (Proverbios 14:27).
