Exhortación de Pablo a los corintios.

El Nuevo Testamento contiene abundante exhortación para reconocer y confrontar la mala doctrina y la mala práctica del cristiano. Una de esas exhortaciones es justamente la primera epístola de Pablo a los Corintios.

De modo que será bueno para la iglesia en cualquier época el prestar oído a lo que Dios por medio de su Espíritu dice en esta instructiva carta.

REDACCIÓN VERACIDAD CHANNEL.

Desde el nacimiento de la iglesia cristiana ha sufrido un permanente asedio de falsa doctrina y falsa práctica. Por eso es que el Nuevo Testamento contiene abundante exhortación para reconocer y confrontar la mala doctrina y la mala práctica.

Una de esas exhortaciones es justamente la primera epístola de Pablo a los Corintios. De modo que será bueno para la iglesia en cualquier época el prestar oído a lo que Dios por medio de su Espíritu dice en esta instructiva carta. Es un mensaje oportuno para una iglesia en crisis.

Las dos Epístolas a los Corintios en el Nuevo Testamento fueron escritos por San Pablo en Éfeso, probablemente en el año 57, a la iglesia que él fundó en Corinto, una ciudad cosmopolita comercial en el centro de Grecia. Eran parte de un intenso intercambio en el que Pablo aclaró sus enseñanzas, reprendió a los corintios por las prácticas erróneas, y los instruyó en el cristianismo de vida.

Para comprender el porqué de estas exhortaciones de Pablo a los corintios debemos saber que:

  • Había muchos problemas en la iglesia de Corinto, el mayor de ellos era caracterizado por la inmoralidad sexual. Esto hizo que en Corinto impere la corrupción moral al punto que el sólo nombre de Corinto era sinónimo de desenfreno moral.  (1 CORINTIOS 5:1-2)
  • Los creyentes en Corinto estaban divididos en grupos leales a ciertos líderes espirituales (1 CORINTIOS 1:12; 3:1-6.) Por ello, Pablo los exhortó a tener unidad por devoción a Cristo  (1 CORINTIOS 3:21-23).
  • Los creyentes corintios estaban llevándose unos a otros ante la corte (1 CORINTIOS 6:1-2). Por ello Pablo, les enseñó que sería mejor aceptar sufrir el agravio que dañar su testimonio cristiano (1 CORINTIOS 6:3-8).

Los creyentes de la naciente iglesia cristiana en Corinto, provenían de este trasfondo y lamentablemente, al menos en el tiempo que Pablo les escribe esta carta, estaban tratando de vivir un doble estilo de vida.