Proveniente del hebreo Yehezq, Ezequiel, significa Dios es fuerte o fortificado. Ezequiel fue uno de los profetas del Antiguo Testamente, hijo de Buzi y autor del libro que lleva su nombre.
Es considerado uno de los profetas más importantes debido a que desde el inicio de su libro relata como Dios se presentó ante él.
“Vino la palabra de Yahweh expresamente al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar; y allí la mano de Yahweh estuvo sobre él”. Ezequiel 1:3.
Fue llevado cautivo a Babilonia junto con el rey Jeconías de Judá e internado en Tel-Abib a orillas del río Cobar. Posteriormente, aproximadamente a los treinta años de edad, fue llamado por Yahweh, y se dice que su predicación la dio entre los desterrados durante 22 años, es decir hasta el año 570 a.C.
“Aconteció en el año treinta en el mes cuarto, el día cinco del mes, que estando yo entre los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron y vi visiones de Dios”. Ezequiel 1:1.
Ezequiel tuvo importantes revelaciones en forma de visiones simbólicas que le fueron transmitidas por Yahweh, por lo que provee descripciones detalladas de sus visiones.
La primera de ellas fue acerca de los cuatro seres vivientes, descrita en el capítulo 1, a partir del versículo 4 “Miré, y he aquí que un viento tempestuoso venía del norte, una gran nube y fuego que centelleaba incesantemente; y había un resplandor a su alrededor, y salía de en medio de él algo con el aspecto del electro, de en medio del fuego”. Y de en medio de él salía la semejanza de cuatro seres vivientes. Y ésta era su apariencia: tenían semejanza de hombre.
La misión del Profeta Ezequiel consistió principalmente en combatir la idolatría, la corrupción por las malas costumbres, y las ideas erróneas acerca del pronto regreso a Jerusalén.
Su libro consta de 48 capítulos, dividido en el Prólogo, que relata el llamamiento del profeta de los capítulos 1 al 3, y tres partes principales. La primera del 4 al 24 comprende las profecías acerca de la ruina de Jerusalén; la segunda del 25 al 32, el castigo de los pueblos enemigos de Judá y la tercera del 33 al 48, la restauración.





