¿Jesús celebró Sucot?

Redacción, Veracidad News

La fiesta de los Tabernáculos, enramadas o Succot, conmemora los 40 años de la travesía de Israel en el desierto.

En tiempos bíblicos, cuando estaba por comenzar la fiesta, Jesús se encontraba en Galilea, mientras las personas realizaban los preparativos y purificaciones para celebrarla. Cuando todo estaba listo, Yeshúa, por su parte, se preparaba para hacer una gran señal dentro del templo.

Al ver sus hermanos que no tenía intenciones de subir a la fiesta, se preocuparon; “Por lo tanto, sus hermanos le dijeron: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces”. Juan 7:3.

Sin embargo, Yeshúa se negó a hacerlo: “Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto. No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de Él, que sus obras son malas. Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido. Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea”. Juan 7:6-9.

Pese a su negación, poco después acudió a la fiesta: “Pero después que sus hermanos habían subido a la fiesta, entonces subió Él también, no abiertamente, sino como en secreto”. Juan 7:10.

Pasados unos días y ante la sorpresa de todos, Yeshúa se puso a enseñar; “Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y se puso a enseñar. Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste de letras, sin haber estudiado?. Jesús les respondió y dijo: Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió”. Juan 7:14-16

Como era de esperarse mucha gente no creyó en Él, por el contrario, era juzgado y criticado; sin embargo, hubo algunos que si confiaron; “Y muchos de la multitud creyeron en él, y decían: El Cristo, cuando venga, ¿hará más señales que las que ha hecho éste?. Juan 7:31.

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Juan 7:37-38.