La mujer en el ministerio.

Hoy día existen muchas controversias sobre el rol de la mujer y su liderazgo dentro de la iglesia, principalmente debido a las diferentes opiniones de muchos y la falta de una correcta interpretación de la Palabra. Sin embargo, tanto el hombre como la mujer son iguales en dignidad, pero cada uno tiene un rol específico dado por Dios.

El hogar es el primer ministerio de la mujer; pero cuando no se tienen niños o cuando ellos han crecido, la mujer tiene el tiempo y la experiencia para ayudar en su segunda familia, la iglesia.

REDACCIÓN VERACIDAD CHANNEL.

Hoy día existen muchas controversias sobre el rol de la mujer y su liderazgo dentro de la iglesia, principalmente debido a las diferentes opiniones de muchos y la falta de una correcta interpretación de la Palabra.

La controversia se divide en 2 posiciones principales: aquellos que creen que la mujer no debe ejercer ningún tipo de liderazgo o servicio en la iglesia y aquellos que entienden que sí.

Sin embargo, tanto el hombre como la mujer son iguales en dignidad, pero cada uno tiene un rol específico dado por Dios.

El hogar es el primer ministerio de la mujer; pero cuando no se tienen niños o cuando ellos han crecido, la mujer tiene el tiempo y la experiencia para ayudar en su segunda familia, la iglesia.

Cabe mencionar que la mujer sí posee un papel importante sirviendo dentro de su iglesia. Sus dones y talentos deben ser usados para la gloria del nombre de Dios y el servicio de Su pueblo.

El Señor dice en Su Palabra en SALMOS 68:11 “las MUJERES que anuncian las buenas nuevas son gran multitud”. Aquí se establece claramente la promesa de Dios en que las mujeres son libres para predicar el evangelio y hacer el trabajo del Señor, en conjunto con los hombres.

El propósito original de Dios para el hombre y la mujer, era para que gobernaran juntos sobre toda Su creación. Esto significa que una igualdad de posición y autoridad era lo que Dios tenía en su mente. Deberían gobernar en unidad. GÉNESIS 1:27-28 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread…”

El ministerio de las mujeres se aclara aún más en los escritos de Pablo. GÁLATAS 3:28 “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. En estas cartas encontramos un número significativo de mujeres que estuvieron involucradas con el trabajo del Evangelio. No se nos dicen los detalles de lo que hacían estas mujeres, pero las mismas palabras que Pablo uso para describirse a si mismo y a sus ayudantes varones se usa para ellas también.

Muchas personas argumentan que las mujeres no tienen que estar en posiciones de autoridad por lo que dice en Génesis 3:16 cuando a Eva se le dijo que su esposo iba a enseñorearse sobre ella. Sin embargo, estas palabras son para describir la vida después de la caída, no son descriptivas de lo que Dios quería para la humanidad.

El requerimiento para el ministerio es la manifestación del Espíritu y no del género de la persona. Cabe mencionar que en ninguna parte del Nuevo Testamento los dones del Espíritu están determinados por este.

El verdadero potencial se alcanza cuando ambos géneros se dan cuenta de que cada uno tiene dones, habilidades y llamados diferentes. Y cuando trabajan en equipo, entendiendo sus roles, cada uno puede ayudar a su prójimo a cumplir con el llamado que el Señor está dándoles.