La persecución en el mundo.

JUAN 15:18 “Si el mundo os odia, recordad que primero me odió a mí”

La persecución de los cristianos es un fenómeno complejo que tiene muchas facetas. Cada acto de persecución priva a las personas de sus derechos básicos por una razón: su creencia en Jesucristo.

De todos los derechos humanos, el derecho de religión es uno de los más frágiles, sin duda, porque implica otros derechos: libertad de pensamiento, de conciencia, de elegir la propia creencia, y de expresarla.

Es un derecho esencial contenido en el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, cristianos de más de 50 países en todo el mundo no disfrutan de este derecho o lo ven gravemente vulnerado.

ARTICULO 18 DE LA DECLARACIOAN DE LOS DERECHOS HUMANOS; Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.

Desde el día en que Caín se levantó contra su hermano y lo mató, la persecución se ha extendido sobre la Tierra. Desde el punto de vista espiritual, los ataques son aún anteriores a los eventos del Jardín del Edén, remontando al tiempo en que el orgullo de satanás lo hizo desear ser igual a Dios.

En los días de hoy, la batalla histórica entre el bien y el mal continúa de manera incesante y la injusticia se acumula, muchas veces chocando a cualquier observador de la persecución al cristianismo.

La persecución, como hemos visto, nunca se alejó de la iglesia. Ciertamente, para los que vivieron durante las primeras olas de persecución que barrieron la historia eclesiástica, ser perseguido parecía formar parte normal de la vida cristiana. De hecho, la persecución ha acompañado la historia de la iglesia, pero ella viene y va como el movimiento de las olas del mar. Los períodos de “tolerancia” se lograron a duras penas, seguidos inevitablemente por nuevos ataques, tanto por fuerzas de fuera de la iglesia o, trágicamente, de dentro de ella.

El Nuevo Testamento dice que los primeros cristianos, comenzando por el propio Jesús, sufrieron persecución a manos de los jefes judíos de esa época. También relata el principio de persecuciones por los romanos. Por ello, el término “los cristianos” es usado con frecuencia en una forma indiscriminada que ha sido causa de controversia. JUAN 15: 20 “Igual que me han perseguido a mí, os perseguirán a vosotros”.