Resistir a las tentaciones.

SANTIAGO 1:12-15 “Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios: porque Dios no puede ser tentado de los malos, ni él tienta a nadie: Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído, y seducido. Y la concupiscencia, después que ha concebido, pare el pecado: y el pecado, siendo cumplido, engendra muerte”.

La tentación es el impulso que nos mueve a hacer algo, especialmente algo malo. Y la Biblia reconoce que todos nos enfrentamos a tentaciones 1 CORINTIOS 10:13 “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.  Sin embargo, lo que de verdad importa es cómo reaccionamos ante ellas.

Cabe mencionar que, las tentaciones no vienen de Dios, aunque Él las permita SANTIAGO 1:13 Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta.» Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Mas bien, somos tentados cuando somos llevados y seducidos por nuestra propia lujuria SANTIAGO 1:14 La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran.

Es importante conocer que, la tentación no es pecado, sino que el pecado entra cuando le decimos si a la tentación.

Pero, ¿Cómo podemos vencer la tentación?

El apóstol Santiago nos recomienda en 1 PEDRO 5:8 “sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el  diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en toda el mundo”. Y Jesús nos dice en MATEO 26:41 “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”.

Es evidente que el ataque del enemigo no será cuando estemos fortalecidos espiritualmente, y nuestras vidas personales estén bien, ni cuando estemos en oración y en santidad. El tentador será paciente y esperará un tiempo de debilidad espiritual, falta de oración, falta de comunión con Dios, y sobre todo, cuando las cosas no marchen bien.

Por ello, la mejor manera de vencer la tentación es:

  1. VE A LA RAIZ DEL PROBLEMA; que es la que hace difícil la victoria sobre las tentaciones; NUESTRA CONCUPISENCIA. (SANTIAGO 1:12)
  2. GUARDA TU CORAZÓN; PROVERBIOS 4:23 “Sobre toda cosa guarda tu corazón, porque de él mana la vida”.
  3. SÉ CONSTANTE; MATEO 26:41 “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.”
  4. RESISTIR; SANTIAGO 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.

No le tengas miedo a las tentaciones, antes bien, lucha contra ella y supéralas con la ayuda de Dios.